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TG - Capítulo 731
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Capítulo 731: Oportunidad.

Capítulo 731: Oportunidad.

Desde unas rocas, la oscuridad brotó entre la tierra y la nieve, lentamente creciendo hasta que Alice salió de la oscuridad.

A pesar de que era mediodía y el sol estaba en lo alto, la nieve todavía permanecía cubriendo los alrededores y las montañas que podían ser vistas a lo lejos.

Nepal, una nación conocida por sus altas montañas, la nieve y las bestias mágicas que habitaban esas montañas.

También era conocido por los monjes que vivían en una de esas montañas y tenían un templo donde entrenaban y estudiaban el mundo psionico… Y que también era el hogar de la ‘Bestia Santa’ de China, el Fénix.

Alice conocía sobre los monjes, ya que había escuchado Clémentine contar sus historias y los detalles.

Clémentine le habló de la barrera que cubría la montaña para evitar que los visitantes interrumpieran a aquellos que entrenaban y también hablaba de la paz de estas tierras cuya presencia de la Bestia Santa calmaba la zona.

Esta vez, Alice no vio nada de eso.

“…”

Ella se giró mirando la ciudad al pie de la montaña cuyo fuego se notaba ardiendo en alguna parte de la ciudad mientras los usuarios de habilidades, héroes, aventureros e incluso mercenarios trataban de hacer retroceder varios monstruos que surgieron debido a un desbordamiento de mazmorra.

Ignorando la ciudad ella miró sus alrededores, tratando de encontrar la supuesta barrera, pero no encontró nada… Incluso la supuesta montaña.

Clémentine habló claramente de este lugar, pero ella tenía otra fuente de información más clara.

“Alice el Monje Song mencionó que perdió contacto con Fenghuang y que cuando viajo a Nepal no encontró el templo…” Ella leyó el mensaje de Liam en voz baja, ignorando la última parte sobre su ‘planta’ y se centró en la ubicación.

Luego de confirmar que estaba en el mismo lugar en el que supuestamente debía estar la montaña con el Templo donde Clémentine estudió, ella extendió su sombra.

“…”

Menos de un segundo fue lo que necesito para que la oscuridad se extendiera más de tres kilómetros y luego aumentó cada vez más lejos hasta que su visión se llenó de miles de escenarios.

Desde las mazmorras que estaban siendo limpiadas por aventureros, la ciudad donde los últimos monstruos eran eliminados, el suelo y bajo la tierra y más allá hasta el punto de que la información llegaba en cantidad inhumanas.

Y ella simplemente parpadeó manejando tal información con total normalidad y la conclusión fue la misma.

El Templo y toda la montaña no estaba.

“Tch…” Ella chasqueó la lengua y al volver a centrarse a su alrededor, la oscuridad tragó toda la montaña quitando la nieva y dejando el área vacía y plana donde ella se encontraba.

Su mente empezó a trabajar pensando en Clémentine y de repente ella se giró mirando a un lado.

El espacio se abrió de repente y varios drones surgieron de una grieta creando un portal por donde un hombre salió.

Joven, en sus veinte tantos, cabello marrón castaño y un traje simple que no coincidía con sus ojos de color zafiro. 

“¿Que tienes?” Preguntó Alice.

Normalmente a ella le disgustaría ver a ese hombre y más cuando pensaba en su hermana, pero esta vez no era momento para pensar en su disgusto por ese hombre.

Kairos por un segundo respiró aliviado, pero al instante se acercó y usando su reloj holográfico, proyectó una imagen satelital.

En la imagen se podía ver una montaña que durante unos segundos cambio prácticamente desapareciendo del mapa.

“La montaña desapareció de repente hace un par de días. Sin embargo, luego de analizar la densidad de energía psionica y mágica suponemos la presencia fue una fachada. La montaña lleva desaparecida alrededor de una semana y media.” Reveló Kairos con una expresión seria y…

Alice sintió como su cuerpo tembló, la oscuridad a la cual ella estaba conectada y que extendía su consciencia por cientos de kilómetros reaccionó a su humor.

Una semana y media desde que Clémentine había desaparecido y había dejado de responder los mensajes.

¿Algo le paso? Alice trató de calmar sus emociones y lo logró, para ella era fácil de controlar sus emociones, pero la pregunta se mantuvo.

Si algo le sucedió a Clémentine cuando volviera Aurora, ella estaría más que enojada y…

“Ella está bien.” Dijo Kairos de repente.

Alice que sin darse cuenta había cerrado sus ojos mientras su mente trabajaba sobre que iba a hacer lo volvió abrir y esta vez, se fijó en los ojos del novio de su hermana.

Los ojos de color zafiro revelaban seriedad más allá de la tonta idea de confortarla o evitar que ella se descontrolara… Algo que en este punto Alice estaba pensando hacer, incluso si el plan estaba marchando correctamente.

“¿Cómo lo sabes?” Preguntó Alice y…

“Porque sería estúpido si no estoy atento a aquellos importantes para Aurora.”

Una respuesta que reveló por un segundo cierto despreció que de inmediato ocultó, suspirando y volviendo a mirarla.

Al igual que ella, él parecía estar incomodo, no sabiendo cómo debía actuar, pero Alice lo mantuvo mirando durante un segundo hasta que eventualmente desvió la mirada tragando todo lo que deseaba decir.

A pesar de que no lo miraba, sus sentidos todavía captaron el suspiro ligero y la determinación del hombre, que continuo.

“Lamentablemente se ha perdido contacto con el Fénix.” Revelo Kairos y al volver a tener su atención, añadió rápidamente. “Los hermanos Trenus no han podido contactar con él. Al menos no en el Plano Astral de la tierra, lo que significa…”

“¿El Reino Astral?” Dudó Alice frunciendo el ceño.

Ignoró el hecho de ella sabía que los hermanos Trenus no eran ‘Viajeros’, aunque si eran Psionicos de rango SS, ella al ver a Kairos asentir, se enfocó en la situación.

“Supongo que atacaron al Fénix cuando estaba con Clémentine.” Murmuró Alice viendo que ahora no estaba el templo. “Y luego se deshicieron de aquellos relacionados al Fénix.”

Evitó mencionar un hecho; el Fénix protegió a Clémentine. Para Alice era un hecho, después de todo…

“El Fénix fue atraído por las llamas de Su Majestad. Supongo que quien lo atacó no lo pudo asesinar al menos no del todo.” Murmuró Alice.

El Fénix fue traído por Su Majestad. Tal era lo que Alice conocía y esa criatura de alguna u otra forma trabajaba para proteger la tierra por orden de esa misma entidad y como todo trabajo probablemente recibió beneficios.

“Si. Fue atacado cuando estaba con Clémentine. Al menos rastros de desorden fueron encontrados por la Iglesia del Orden y su orden psionica… Lamentablemente no han sido muy cooperativos con sus informes.” Reveló Kairos y en calma, añadió. “Gracias a Lucius y los hermanos Trenus que cooperaron pude darme de lo que sucedió. Ellos captaron los rastros que el Fénix dejó y a pesar de que quien sea que lo atacó trato de eliminar los rastros, fue imposible y como tal encontramos rastros de Clémentine yendo al Reino Astral.”

¿Qué clase de aparato ese supuesto ‘Sabio’ inventó? Alice suspiró, lamentablemente lo psionico no era su fuerte.

No, no era el fuerte de muchos que conocían. Un mundo donde la mente lo era todo, si personas como ella trataban de ir… Alice supuso que lo único que sucedería sería una oscuridad que trataría de tragar todo a su paso extendiéndose sin límites.

Lucius, con su tecnología podía manipular en cierta forma la energía psionica y probablemente afectar ese mundo de manera más sutil que cualquiera de ellos.

Aunque, decir que Lucius ayudo, aunque cierto, probablemente no era toda la verdad.

“Estoy seguro de Clémentine está bien. Lucius ha logrado contacto con uno de los Pilares y…” Kairos al sentir su mirada trato de seguir hablando queriendo explicar la situación.

Alice levantó la mano y lo detuvo, llevando a que ese hombre se pusiera incómodo.

A Alice no le importaba si fue Lucius, el supuesto Dios de la Tecnología detrás de ese sabio, alguna tecnología que ese sabio inventó para contactar con los seres del Reino Astral, lo que importaba era que Clémentine estaba bien.

Y aunque a ella no le agradaba Kairos, en este momento él trataba de ayudarla como tal Alice confió en él.

La confianza hizo que ella lo mirara una última vez hasta que giró la cabeza hacia las montañas cubierta de nieve.

“Ya sabes lo que dicen de las mentiras.” Murmuró Alice tanto para sí misma como para Kairos que escuchaba.

Eventualmente todo llegaría a su fin y todos los secretos no podrían mantenerse… Alice suspiró y su cuerpo se derritió no queriendo pensar en el asunto.

Al segundo siguiente apareció en una oficina que tenía una venta abierta a un espacio libre en una sala y ella al escuchar el ruido del exterior, se acercó para mirar.

La oficina daba vista a una sala abierta en donde se encontraban cuatro personas. Uno de ellas destacaba a simple vista debido a su piel roja y sus cuernos.

El Rey Demonio Pacifico estaba erguido sin mostrar rastros de incomodidad a pesar de que estaba parado al lado de una figura femenina cubierta por una túnica rosa y estaban siendo señalados por Hermes.

“¿Te gusta más General del Cielo? ¿General Relámpago?” Preguntó Hermes mirando a la última persona presente.

Edward había cambiado desde la última vez que ella lo vio. Su mirada parecía más tranquila y su expresión serena a pesar de la situación en la que se encontraba.

Fue liberado por dos rangos SSS y él a pesar de que estaba hablando con la misma persona que lo rescato no mostró miedo ni tampoco molestia ante las constantes preguntas de Hermes, quien parecía divertirse.

¿Y cómo no se divertiría? Él se presentó y liberó a quien era categorizado como el ‘Traidor de la Humanidad’ revelando no solamente su rango SSS, sino que la fuerza de otro rango SSS.

Alice se convirtió en oscuridad y al segundo volvió a aparecer cerca de la sala, ignorando la mirada de la figura femenina… De la Reina Lacusmina que ella y Hermes trajeron del Duodécimo Portal Abismal hace ya tiempo.

Al igual que había traído a la ‘Guardiana’ del Decimo Portal Abismal. Por supuesto, el nivel de fuerza era diferente entre ambas y las razones eran diferentes.

“¿No hacen una buena pareja?” Preguntó Hermes al ver que ella estaba mirando a ambas figuras, el hombre sonrió y asintió. “Un Reina para su Rey.”

El Rey Demonio Pacifico mantuvo su expresión y los ojos dorados de la figura de Lacusmina brillaron, pero la mujer no habló.

La razón era el hombre que la miraba. Cabello negro y ojos rojos, la sonrisa juguetona y bromista, no ocultaba la mirada expectante hacia ella.

“Dos Reyes para un Emperador Demoniaco. Suena bien para mí, ¿no lo crees Alice?” Preguntó Hermes.

Emperador Demoniaco, tal era el nombre que recibió luego de haber liberado a Edward y ese nombre estaba resonando en toda la Tierra.

Mucho se hablaba a pesar de lo poco que se conocía. Algunos creían que era un Demonio que vino de Terra Nova, otros decían que el Portal Demoniaco que quedaba en Ankara se activó o que alguien activo un portal desconocido.

Algunos pensaban en dioses demoniacos y sus sectas, suponiendo que algún demonio hizo un trato para obtener poder.

Independientemente de lo que se hablaba, un hecho estaba claro… Dos rangos SSS habían aparecido.

Malik causó estragos por su cuenta y era normal que cuando dos rangos SSS aparecieran las personas y los gobiernos empezarían a temer y tal era uno de los objetivos que ella tenía.

“¿Cuál es el plan?” Preguntó Edward hablando por primera vez y mirándola, declaró. “Si soy sincero estaba esperando a que Aurora volviera, pero me liberaste por algo, ¿no?”

¿Cuál era el plan? El Plan original con Aurora cambió cuando ella no reveló la verdad a sus conocidos, pero la idea principal se mantenía.

Aquellos que se ocultaban en la sombra lentamente se estaban moviendo y lo estaban haciendo cada vez más abiertamente.

En el Continente Americano, el Presidente de las Naciones Unidas del Norte fue controlado y el Arcangel de la Guerra, uno de los rangos SSS fue controlado.

Ahora Fenghuang, la Bestia Santa, la Protectora del Velo y la Defensora del Plano Astral fue atacada y probablemente gravemente herida llevando a que se alejara de la tierra… Y quien sea que lo hizo fue lo suficiente fuerte como para poder ganar sin que Fenghuang pudiera avisar.

Sus enemigos se estaban moviendo, pero para Alice no lo suficiente rápido.

“Aquellos que fueron por Aurora están yendo por aquellos que tienen posibilidades en esta Carrera. El Arcangel de la Guerra se ha unido a ellos y Fenghuang ha sido sacada del juego.”

Hermes que estaba curioso, frunció el ceño al escuchar sobre Fenghuang y fue peor para Edward cuya seriedad fue demasiado obvia.

Edward ya fue puesto al día con lo del Arcangel de la Guerra y la supuesta ‘carrera’, pero no sobre la nueva información que ella había recibido.

“Irán detrás de los rangos SSS o aquellos que tengan posibilidades de convertirse en un Dios.” Murmuró Edward en calma.

Los rangos SSS tenían las posibilidades de alcanzar la divinidad y posteriormente convertirse en Dioses. No era algo que sucediera fácilmente y se necesitaba tanto trabajo como dedicación para lograrlo, pero la posibilidad estaba.

Al igual que existía la posibilidad de que personas sobresalientes del rango SS crecieran lo suficiente como para convertirse en oponentes. Similar a Aurora o a Edward.

Quicas convertirse en un Dios y realizar la Apoteosis no fuera fácil, pero la posibilidad existía para aquellos como Edward. Joven, sobresaliente y con un talento tan alto que probablemente alcanzaría el rango SSS.

“Me encanta ser el centro de atención.” Dijo Hermes con una sonrisa y mirándola de manera juguetona, preguntó. “¿Mi historia tiene un final trágico?”

Hermes entendió claramente la idea y el plan que ella estaba presentando y ni siquiera dudo o la cuestiono. Él la estaba ayudando y aunque ella lo negara, Alice confiaba que haría un buen trabajo.

“Sera una muerte trágica.” Respondió Alice llevando a que ese hombre se riera.

Y lo seria, después de todo…

“Quieres que nos volvamos los objetivos.” Murmuró Edward al entender la esencia del plan.

Dos rangos SSS salieron de la nada y lo primero que hizo aquel que lideraba fue liberar a un ‘famoso’ criminal, convirtiéndose en el nuevo tema que se hablaba y el nuevo miedo.

“Yo lo llamaría ser un cebo.” Respondió Alice y mirando a Edward, preguntó. “¿Qué tal? ¿Te interesa?”

Un cebo que atraería a aquellos que se ocultaban o más importante, los haría actuar precipitadamente ofreciendo una oportunidad para que el plan avanzara.

Aurora volvería eventualmente y ella no podía esperar demasiado, como tal necesitaba hacer que la otra parte hiciera un movimiento que les daría una oportunidad para llevar a cabo la parte más fundamental del plan.

¿La pregunta es cuánto tiempo esa oportunidad aparecería?

******

“El Emperador Demoniaco ha aparecido en las antiguas tierras de Iraq y ha derrotado al Rey Demonio el Joven, quien huyó luego de que su ciudad fue capturada. Actualmente se está reclutando demonios y los especialistas temen por una Segunda Guerra Demoniaca.”

Nicole miró la televisión mientras se acomodaba la ropa y frunció el ceño ante la noticia.

¿Cómo era posible que dos rangos SSS aparecieran de repente? Ella escuchó la historia de Leslie y como el Emperador Demoniaco y su subordinada aparecieron y liberaron a Edward.

Ahora los tres estaban en Iraq, en donde atacaron al Rey Demonio Ivras conocido como el Joven y según los medios estaban reclutando demonios y humanos.

Nadie sabía de donde salieron ni como aparecieron dando la impresión de que se manifestaron de la nada misma, lo cual era una locura sin sentido. Era hasta el punto de que ni siquiera Víctor tenía información clara y Nicole entendía que su maestro tenía una excelente red de información.

“Enfócate en un problema a la vez.”

Una voz la interrumpió y ella miró a María que se acercó y la ayudó a acomodar su vestido y luego la máscara de Bastet en su rostro.

La mujer mantuvo la expresión seria, pero asintió a si mismo al verla.

“Un problema y una preocupación a la vez.” Murmuró Nicole suspirando.

El mundo cada vez enloquecía más y ella ni siquiera podía mantener el ritmo. Tal fue su pensamiento y Nicole al ver la expresión seria de María, sonrió.

“¿Entonces está todo listo para el Gigante del Norte?” Preguntó Nicole sin ocultar la sonrisa salvaje en su rostro.

Hoy el mundo enloquecería un poco más cuando Bastet finalmente se moviera al Gigante del Norte y extendiera su influencia.

Ya era hora de que ella actuara.


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