Abriendo la Puerta
Lin Qiye se encontraba realmente agotado.
Tanto mental como físicamente. Jamás se imaginó que, en su primer día en la nueva escuela, se enfrentaría a monstruos, traiciones de compañeros, que luchar por su vida, que sus ojos inexplicablemente se abrieran, y que un señor misterioso con estilo de superhéroe saliendo de la nada, para luego él mismo escabullirse…
Lin Qiye no es estúpido; sabe que la experiencia de esta noche está definitivamente ligada al lado secreto del mundo: el monstruo devorador de rostros, la luz dorada que emanó de su cuerpo, y el hombre que venció al monstruo solo.
Ese hombre no era una persona común y corriente, y, por la comunicación por radio, debe haber una gran organización detrás de él, oculta en el mundo, y probablemente dedicada a lidiar con estos fenómenos extraños y mantenerlos bajo control.
El pudo ver la luz en su propio cuerpo, y probablemente vio también cómo mató al monstruo solo. Por eso quiere reclutarlo…
Sería falso decir que no siente curiosidad alguna por este lado oculto; quiere saber qué le ocurrió esta noche y qué está pasando con él, pero no desea quedar atrapado en el vórtice de lo desconocido solo por su curiosidad. Algunos secretos, una vez conocidos, son inevitables.
No quiere ser un héroe que proteja a la humanidad; solo quiere proteger… su hogar.
Pronto se quedó dormido.
La neblina familiar regresó.
Lin Qiye miró a su alrededor y suspiró con resignación
—¿Todavía te niegas a soltarme? Lucho con monstruos cuando estoy despierto, y cuando duermo, ¡me llaman a tocar una puerta… ¡Que suerte la mía!
Lin Qiye dio unos pasos y pronto apareció ante él la silueta de un hospital psiquiátrico. con un cartel antiguo donde se leía:
“Hospital Psiquiátrico de los Dioses”
Lin Qiye se acercó a la puerta principal y se detuvo, agarrando la manija de la puerta frente a él. Al momento de tocarla con la punta de los dedos, el suelo tembló levemente.
Estaba confundido
¿Qué diablos? Ni siquiera había golpeado todavía. ¿Por qué tiembla?
De repente, un pensamiento atravesó su mente como un rayo. ¿Será porque… sus ojos se abrieron hoy?
Lin Qiye bajó la mirada hacia su cuerpo en el sueño, y sus ojos se iluminaron. En el pasado, su cuerpo en el sueño era translúcido, frágil como una bruma. Pero hoy, su cuerpo estaba claramente más sólido. Aunque aún era incorpóreo, ya no era transparente.
De repente levantó la cabeza y miró la puerta frente a él, que lo había estado bloqueando por cinco años.
Tal vez… esta vez podría lograrlo.
Respiró hondo, apretó la manija con fuerza y golpeo con fuerza contra la puerta.
¡Dang –!
Un estruendo resonó en el asilo, varias veces más fuerte que antes, pero, en su forma incorpórea, no sintió dolor en el tímpano. Al sonar la campana, el hospital psiquiátrico volvió a sacudirse violentamente.
¡No lo puedo creer! Los ojos de Lin Qiye brillaron de emoción.
Dang –!
Dang –!
Dang –!
Lin Qiye no se detuvo, golpeando tres veces seguidas, haciendo que el asilo retumbara como si fuera un terremoto. Finalmente, tras el último golpe, un fuerte sonido resonó en el hospital, y luego todo quedó en silencio…
Justo cuando Lin Qiye se preparaba para golpear de nuevo, la puerta frente a él emitió un crujido y se movió lentamente.
La puerta se abrió.
Al abrirse por completo, un pasillo antiguo y oscuro se reveló ante él. El piso emitía una tenue fosforescencia, y en las paredes colgaban esferas de luz que ardían, creando un ambiente misterioso y extraño.
Con cautela avanzó por el corredor, hasta encontrar una división, sobre la cual colgaba una señalización moderna.
—A la izquierda está el área de habitaciones, a la derecha el área de recreación… -murmuró Lin Qiye al ver la señalización.
¿Cómo es que esta disposición del lugar es exactamente igual al psiquiátrico en el que estuvo internado?
Lin Qiye dudó un momento y entró primero en el área de recreación.
El área tenía pocas salas, pero estaban bien equipadas: había una sala multimedia para ver películas, una sala de descanso para jugar ajedrez, una sala de estudio para leer… Incluso había un césped circular con equipos deportivos.
—Es exactamente igual. Este sueño es realmente extraño —dijo Lin Qiye, frunciendo el ceño y sacudiendo la cabeza con confusión.
Después de recorrer el área, regresó hacia el área de habitaciones. Al llegar a la entrada de esta zona, se detuvo en seco.
—Esto… es diferente —Lin Qiye miró el oscuro y monótono corredor frente a él, murmurando.
Recordaba claramente que en el Asilo Sunshine, las habitaciones se distribuían en varios pisos y, aunque las instalaciones no eran avanzadas, al menos eran limpias y ordenadas.
Sin embargo, esta área tenía solo un piso y seis habitaciones.
Las puertas de estas habitaciones estaban llenas de símbolos y gráficos extraños, como si fueran sellos, y solo mirarlos mareaban a Lin Qiye.
Desvió la mirada, estabilizó su mente y observó el resto del entorno.
En la esquina superior derecha del área de habitaciones, colgaban viejas placas de puerta, cada una con un símbolo distinto.
Por ejemplo, en la placa de la habitación No. 1, había un gran círculo negro.
En la placa de la habitación No. 2 había lo que parecía un bastón o una pluma.
Lin Qiye recorrió el corredor hasta llegar a la sexta habitación, observando los signos sin comprender. Se preguntaba si realmente habría pacientes en estas habitaciones.
O, tal vez, como el nombre del asilo sugiere, serían… ¿dioses?
Lin Qiye dudó un momento y extendió la mano hacia la manija de la sexta habitación.
Por un lado, este era su sueño, y, aunque algo saliera mal, no lo afectaría demasiado. Por otro lado, había pasado cinco años tocando esta puerta para entrar en este lugar, y no quería marcharse sin respuestas. En el fondo, sentía que, tal vez, en este hospital había alguna pista sobre su propio secreto.
¿De qué otra forma se explica que se pareciera tanto al Asilo Sunshine?
Los dedos de Lin Qiye tocaron suavemente la manija, no hubo rechazo ni dolor, y la mano descansó de manera natural.
Lin Qiye jaló con fuerza.
La puerta no se movió.
Intentó de nuevo con más esfuerzo. Nada.
Probó con la puerta de la quinta habitación. También permaneció cerrada. Intentó en todas las habitaciones, una tras otra, sin éxito, hasta que llegó a la primera. Con una última esperanza, Lin Qiye tiró de la puerta de la primera habitación.
Ka-ching!
Un ligero sonido se escuchó y los complejos patrones grabados en la puerta se rompieron, disipándose en el aire. Sorprendido, Lin Qiye retrocedió, observando con asombro.
La puerta se había abierto.
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