Ghostface
Fuera de la vieja ciudad.
El hombre que acababa de abrir la zona prohibida se sentó junto al cartel, miró hacia la mitad de la vieja ciudad, ahora inmóvil y vacía como un lienzo en sombras, sacudió la cabeza y sacó su teléfono y comenzó a jugar.
Al poco rato, un transeúnte pasó y se rio al verlo.
—Amigo, ¿Qué haces aquí a medianoche jugando con el teléfono? ¿No te preocupa que se te enfríe el trasero?
El hombre levantó la vista, luego bajó la cabeza y siguió jugando.
—No tengo nada que hacer, así que me entretengo.< un rato
El transeúnte sonrió, sacó un cigarrillo y se lo ofreció al hombre. El hombre agitó la mano.
—Es horario laboral, no fumo.
—¿Jugar con el teléfono en la calle es trabajo? —dijo el transeúnte riendo
—Hmm.
—De acuerdo.
El transeúnte se encogió de hombros y comenzó a cruzar la calle detrás del hombre.
—¿A dónde vas? —preguntó de repente el hombre.
—A casa.
—No puedes volver, al menos no ahora.
El transeúnte frunció el ceño.
—¿Qué quieres decir?
—Este camino está cerrado. No puedes regresar hasta que se libere —dijo el hombre señalando el cartel a sus espaldas.
El transeúnte miró hacia el cartel, que inexplicablemente brillaba en sus letras “Prohibido el paso”, y su expresión se volvió vacía. Unos segundos después, giró rígidamente y comenzó a caminar de regreso con paso lento, sus ojos llenos de confusión…
El hombre no pareció sorprendido, y justo cuando iba a retomar su juego, la voz de otro hombre sonó en sus auriculares.
—¡Zhao Kongcheng!
Al instante, el hombre se levantó, dejando su actitud relajada; ahora, su rostro mostraba absoluta seriedad.
—¿Qué sucede, Capitán?
—Tenemos problemas; uno del grupo de Ghostface ascendió a Rey Fantasma y, durante el enfrentamiento, hirió gravemente a Hong Ying y escapó por el alcantarillado fuera de la Zona.
—¿Rey Fantasma? —Zhao Kongcheng cambió de expresión.—¿Hacia dónde fue? ¡Lo interceptaré!
—No, Zhao, no eres bueno en combate directo; no vencerás al Rey Fantasma. Yo lo perseguiré.
Zhao respiró hondo.
—Entonces, ¿yo qué hago?
—Tras la huida del Rey Fantasma, otros dos lograron escapar por las alcantarillas. El resto del equipo esta ocupado acabando con los que quedan y no pueden dejar su posición. Necesitamos que los detengas.
—¿Dirección?
—Suroeste.
—Entendido.
Con los ojos fijos llenos de determinación, Zhao se dirigió rápidamente hacia el otro lado de la calle, subió a una camioneta negra, pisó el acelerador, y desapareció dejando atrás un zumbido.
En el asiento del pasajero, descansaba, doblada, una capa negro-roja y una espada en su funda.
—Bueno, voy por aquí, me despido —dijo Wang Shao, deteniéndose y mirando a los cuatro detrás de él.
En ese momento, Li Yifei pareció recordar algo y comentó:
—Wang Shao, si mal no recuerdo, ¿vives cerca de la vieja ciudad?
—Sí, ¿por?
—...Nada, ten cuidado al volver.
Wang Shao torció la boca y puso los ojos en blanco.
—¿Tienes algo que decir o vas a quedártelo? Dilo ya.
Li Yifei dudó.
—Escuché que la vieja ciudad no ha estado tranquila últimamente; hay un asesino en serie.
—¿Un asesino en serie? ¿En serio? - Jiang Qian no lo creía.
—¡Por supuesto que es cierto! Probablemente no sepan esto, pero en los últimos días han aparecido más de una docena de cadáveres en el viejo barrio.
—¿Más de una docena? Ya estaría en las noticias —respondió Wang Shao.
—Claro que es posible, es un asunto tan extraño que alguien de los altos mandos lo ha ocultado. Mi papá trabaja en la policía y me lo contó.
—¿Extraño? ¿Por qué? —preguntó Liu Yuan.
—Se dice que… —Li Yifei bajó aún más la voz, —Las víctimas fueron desolladas, dejando solo carne ensangrentada y ojos sobresalidos. ¡Un método horrible!
Una brisa fría atravesó la calle, y al oír esto, todos sintieron cómo el miedo subía desde los pies hasta la cabeza.
—Li Yifei, estás enfermo! ¡Son casi las diez de la noche y vienes con historias así! —Jiang Qian miró alrededor, pálida y asustada.
El grupo estaba en una zona cercana a la vieja ciudad, un área aislada de la ciudad actual, y ya era tarde. No había nadie alrededor, y lo que dijo Li Yifei hizo que todos sintieran escalofríos.
Incluso Wang Shao y Liu Yuan, que no se asustaban fácilmente, sintieron miedo. Wang Shao miró el oscuro callejón por el que iba a pasar, y una súbita inquietud lo invadió. Si las palabras de Li Yifei eran aterradoras, lo que Lin Qiye dijo a continuación los dejó sin aliento.
—¿Están seguros de que… estos crímenes los comete un humano?
—¡Qiye, tú…! —El cuerpo de Jiang Qian tembló.
Los ojos de Wang Shao y Liu Yuan también se llenaron de extrañeza hacia Lin Qiye.
Li Yifei miró a Lin Qiye, sorprendido.
—¿Tú también lo crees?
—¡Cállate, ya basta! —Jiang Qian, incapaz de soportarlo, retorció el brazo de Li Yifei, quien gritó de dolor. —¡No cuenten historias de terror de noche! ¡Después tengo que volver sola!
Li Yifei, adolorido, murmuró,
—No es una historia de terror…
Wang Shao encogió los hombros.
—No voy a perder el tiempo, no creo en esas tonterías. Me voy.
Y desapareció por el estrecho callejón.
Jiang Qian miró con enojo a Li Yifei, caminó unos pasos y se detuvo de golpe. Olfateo el aire frunciendo el ceño, y con algo de duda en los ojos.
—¿Sienten un mal olor?
—¿Olor? —preguntó Liu Yuan
—Como de algo podrido.
—No huelo nada…espera ¡ugh!
Lin Qiye estaba por decir algo cuando de repente, un hedor indescriptible invadió su nariz; parecía un trozo de carne podrido, que fue lanzada a un tanque séptico, mezclado con huevos podridos, solo un respiro bastó para revolverle el estómago.
Era el olor más asqueroso que Lin había olido en su vida.
Jiang Qian, que tenía el olfato más sensible, se inclinó y comenzó a vomitar.
—Rayos, ¡qué huele tan mal! —gritó Li Yifei, tapándose la nariz.
—No lo sé. —Lin Qiye frunció el ceño y señaló el callejón donde había entrado Wang Shao.
—Parece que viene de ahí.
En el instante siguiente, un grito desgarrador se oyó a lo lejos en la noche silenciosa…
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