Demaciado facil...
Xu Zhen corrió a la capital de la familia Xu, donde había estado momentos antes y de donde había escapado.
(Los sonidos de la batalla se detuvieron...) Xu Zhen aceleró antes de llegar a la capital de la familia y dirigirse a la plaza.
Cuando llegó, sus pupilas se contrajeron. Había casi cien personas en la plaza, gente que no había visto jamás; gente... distinta a lo que esperaba, serenos, calmados y charlando tranquilamente entre ellos. Cuando vio ese muro carmesí, solo asumió que eran cultivadores demoniacos, pero los cultivadores demoniacos eran... en el mejor de los casos salvajes, incapaces de contenerse en sus deseos de asesinar mortales... o por lo menos los que él conocía.
Esa gente era diversa entre sí: algunos altos, algunos bajos, entre ellos algunos con espadas y algunos desarmados; prácticamente no había similitudes entre ellos, excepto que todos ellos llevaban túnicas rojas, más específicamente carmesí.
Frente a todos ellos se encontraba un joven sentado casualmente en el suelo, de edad similar a Xu Zhen; era alto y tenía el cabello sujeto hacia atrás. Similar a los artistas marciales mortales, usaba vendas en sus manos. Detrás de él había dos hombres de mediana edad; de ellos emanaba un aura... incomprensible, difícil de explicar. Su aura no era como la de los ancianos y definitivamente no era una condensación de qi.
Viendo a esos hombres, Xu Zhen reflexionó por un momento (Si las técnicas y artefactos se dividen en mortales para los cultivadores de condensación de qi y terrenales para los ancianos... entonces esos hombres deberían ser el equivalente al grado celestial... un reino más allá de los ancianos... ¿¡Cómo demonios se supone que luchemos con eso!?)
El joven agitó la mano casualmente y dijo “Empiecen”. En cuanto dio la orden, uno de los hombres detrás de él se inclinó “Sí, joven amo”, y él junto a otras diez personas detrás del joven se dividieron por los territorios de la familia.
Xu Lie vio a su hijo en las afueras de la plaza y fue donde estaba él. “Padre... ¿Qué puede hacer la familia?” pregunto Xu Zhen en cuanto vio a su padre.
Xu Lie negó con la cabeza y suspiró. “...Nada”, dijo mientras le daba una palmada en el hombro. “Pero... Juro que saldrás de aquí con vida”. Xu Zhen no tenía idea de cómo su padre podía estar tan seguro, pero decidió confiar; este no era momento para hacer demasiadas preguntas.
Pasadas algunas respiraciones, empezaron a traer a todos los cultivadores de la familia desmayados. Xu Zhen pensó que algunos de los desmayados fueron por el sonido aquel y los otros tantos tuvieron que haber sido obra directa de esos hombres. Aunque casi todos los que traían sobre la séptima etapa de condensación de qi seguían conscientes. Quienes se resistían solo se desmayaban y se dejaban en el suelo de la plaza.
Mientras trajeron los cultivadores con gran velocidad esos diez hombres, el líder de la familia regresó caminando de donde sea que haya llegado después de recibir esa patada. Con sus manos sujetando su cuello torcido, lo acomodó de nuevo en su lugar y fue cerca de donde estaba el joven frente a todos... No, parecía que en realidad hacía el hombre detrás de ese joven. Cuando el líder estuvo lo suficientemente cerca, se arrodilló y se postró frente a ese hombre. “El menor ofrece sus respetos al maestro”. Aquel hombre solo lo vio y asintió ligeramente.
Eso rompió la moral entre los cultivadores recién llegados. Entre ellos Xu Namg... Su rostro se llenó de angustia y sorpresa. "P-padre... ¡No te inclines ante ellos! ¡Son el enemig—!” Fue interrumpido por un ataque... de su propio padre. El líder solo le apuntó con su dedo y salió un pequeño rayo que fue hacia Xu Namg; fue una fortuna que el anciano Wei estuviera lo suficientemente cerca para tirar a Xu Namg lo suficientemente lejos del ataque.
Xu Namg definitivamente no esperaba ser casi asesinado por su padre y quedó en shock por varios segundos antes de bajar la cabeza y agradecer al anciano Wei con una voz quebrada; después se escondió entre la multitud de los recién llegados.
En menos de una varita de incienso se encontraban prácticamente todos los cultivadores de la familia Xu en la plaza de la familia, excepto Xu Zhen y Xu Lie, que se encontraban a unos pasos de la plaza.
Uno de los diez hombres que recogían a los cultivadores, se acercó a Xu Zhen y lo tomó por el hombro con naturalidad, como si no esperara resistencia alguna. Pero un instante después, su cabeza explotó… Un puñetazo de Xu Lie la había destruido antes de que el hombre pudiera siquiera reaccionar.
Todos voltearon a la dirección del sonido, incluso los cultivadores detrás del joven. Todos se sorprendieron; había que saber que ese hombre, ahora un cadáver sin cabeza, era un cultivador del segundo reino: Transformación de qi.
Uno de los hombres de mediana edad, aquel que lideraba a los diez encargados de reunir a los cultivadores, cruzó la distancia con una velocidad asombrosa.
Y lanzo un estruendoso golpe hacia Xu Lie “¡¿Te atreves?!".
Xu Lie no respondió con palabras... sino con un golpe. Interceptando el golpe que descendía hacia él. El impacto fue brutal. Se escucharon crujidos horribles desde su brazo; si alguien pudiera ver sus huesos ahora mismo, se daría cuenta de que los huesos de su mano y antebrazo estaban llenos de fisuras. Pero Xu Lie no retrocedió; se mantuvo de pie en el lugar donde estaba. En cambio, aquel hombre retrocedió más de diez pasos.
“Dime...", dijo aquel hombre con cautela. "...¿De qué secta eres?”
Xu Lie agitó su brazo “No vengo de ninguna secta, soy de esta familia y siempre lo he sido”.
El hombre de mediana edad habló seriamente: “No hay necesidad de mentir... en este pequeño continente no hay técnicas de cultivo de ese nivel...”. Se tomó una pausa y preguntó: “¿Qué buscas?".
“Déjanos ir, a mi hijo y a mí”, dijo sin titubear.
“No puedo hacer eso”.
“¿Y si te dijera que si no lo haces mataré a ese joven?”
“No tendrías ninguna oportunidad, te mataría antes de que te acerques a cien pasos de él”.
“Si uso ...” Xu Lie habló tan bajo que no lo escuchó nadie, incluso su propio hijo, que era el más cercano a él; pero aquel hombre sí lo pudo escuchar y su expresión cambió. “Entonces, ¿tendría una oportunidad?”
“... la tendrías”, dijo con un rostro sombrío. “...¿Pero eres capaz?”, preguntó con seriedad.
“Pruébame y sabrás”, Xu Lie respondió con determinación. “Más vale que nos dejes una salida”. Los dos se miraron fijamente y cuando parecía que cualquiera de los dos podría iniciar un movimiento...
“Mo Tianzhu, regresa y explícales a todos para qué los trajimos”, dijo el joven casualmente. Aunque su mirada estaba fija en Xu Lie.
“Sí, joven amo”, dijo aquel hombre de mediana edad y, con una última mirada a Xu Lie, de un momento a otro apareció en el centro de la plaza de la familia Xu, en la arena marcial.
“El destino de esta rama de la familia Xu está decidido; a partir de este día no habrá una familia Xu…” Dijo frente a todos, casualmente, como si estuviera hablando de un asunto menor. Se tomó una pausa de quizá unas diez respiraciones, en las cuales toda clase de pensamientos aparecieron en los miembros de la familia Xu.
(¿Vamos a morir?) (Estamos condenados...) (¿Qué pasará con mi padre?... Él ya es mayor y no está aquí) entre miles de pensamientos, pero se vieron interrumpidos por la voz del hombre “Todos los que fueron traídos aquí pueden sobrevivir... A cambio deben ganar en un duelo”, dijo con un tono irónico. “Pueden desafiar a cualquiera de nosotros, solo que no puede elegir alguien tres etapas detrás de usted”.
Cuando dijo eso, cientos de los miembros de la familia Xu suspiraron de alivio al unísono, ignoraron el tono irónico del hombre, después de todo... tenían confianza en su fuerza, ¿derrotar a alguien tres etapas debajo? ¡Por favor!, era demasiado fácil... ¿No?
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