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TE - Capítulo 20
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Reclutamiento forzado

Era mediodía. Leyla fue separada de Kevin. Pues el helicóptero que la llevaba tomó otro recorrido para llevarla a casa junto con Brad. Kevin fue llevado junto con Linda en sus respectivos helicópteros a la base ACM en Nevada donde reside la mayor fuerza militar de los EE.UU. en cuanto a desarrollo de tecnología de armamento, ciencia e investigación.

Es una base con un sistema de ataque y defensa inquebrantable. Su estructura es bien excelsa y detallada, con un 25% de ella en la superficie. Edificios, torres de control, cañones antiaéreos, radares, una pista de aviones, drones pilotando alrededor de la base, personas marchando, otras formadas y en el medio de la base en tierra la marca de 3 compuertas circulares con un área para 1 helicópteros de guerra. El resto de la base estaba debajo de la tierra. Justo antes de llegar a la base, ambos pilotos se autenticaron con la base para poder aterrizar en ella y le dieron permiso. 

Linda observaba todo detalladamente. Entonces dos de las compuertas se abrieron y una plataforma subió de cada una, para que ambos helicópteros aterrizaran, uno en cada plataforma. Luego de aterrizar despacio, se detuvieron los motores por completo y las plataformas comenzaron a bajar. Pasaron varios metros bajo la tierra y las compuertas se cerraron a la vez que se encendían las luces que iluminaban el túnel por el que bajaban. Había varios niveles en los que las plataformas podían detenerse que pertenecen a diferentes áreas. Nivel de investigación de armamento, sala de control, campo de entrenamiento y el final una prisión solo para casos especiales de investigación. Que era donde llevaban a Kevin y a Linda.

Kevin aún seguía durmiendo. Se sentía tan cómodo que estaba despreocupado hasta el momento que abrió sus ojos despacio y se percató que estaba en una cama muy cómoda. Dándose cuenta se incorporó rápido en la cama quedándose sentado en ella. Sin decir nada se observó a sí mismo y tenía ropa como de paciente de hospital pero más moderna. En cada una de sus muñecas, pies y en su cuello una muñequera ajustada.

—¿Qué es todo esto? ¿Cómo llegué aquí? —se preguntó Kevin en voz alta y en ese momento recordó que se había desmayado cuando se había lanzado de la cápsula junto con Linda y Leyla. Luego no recordó nada—. Leyla. Linda espero que estén bien.

Observó donde estaba. Parecía una habitación de hospital con algunos dispositivos médicos muy avanzados. Kevin vio un espejo y se paró de la cama, estaba descalzo, el suelo lo sentía frío. Se colocó frente al espejo y se miró seriamente. Se vio las muñequeras.

—No escucho al elemento. Parece que estas cosas son para neutralizarlo. Me siento como una persona común y corriente.

Luego se tocó detrás de su cuello, se palpó la marca del guardián además de algo metálico que trató de quitárselo pero le dolió mucho.

—Rayos —se quejó Kevin.

—Al fin despertaste —dijo una voz detrás de él y vio en el espejo que eran 3 imágenes holográficas y Kevin se dio la vuelta.

—¡Wayne! —dijo Kevin reconociendo a la imagen del centro. Los otros dos parecían doctores científicos. En ese momento le iba a preguntar por Beatrice pero se reprimió y no lo hizo aparentando indiferencia—. Al verte estoy más tranquilo. Pensé que estaba en manos de personas desconocidas.

—Yo tú no lo estaría.

—Bueno quizás un poco —le dijo Kevin enseñándole las muñequeras—. ¿Cómo están Linda y Leyla?

—Linda está aquí y Leyla regresó a su mundo. Ambas están bien y seguras.

—¿Cuánto tiempo estuve dormido?

—3 días.

—Qué mala costumbre tengo —pensó Kevin y los miró haciendo una seña con las cejas esperando que le dijeran lo que quieren.

—Eres un caso de seguridad nacional. Tenemos estudiarte. Necesitamos saber todo lo que sabes. No hay de qué preocuparse. Solo lo sabremos los necesarios.

—Es una larga historia —le dijo Kevin sin pensarlo ya que sabía que tarde o temprano iba a ser descubierto al igual que el chico de Caronte. Sabe que la ley buscará mantenerlo controlado.

—Tenemos todo el tiempo.

—¿No sería mejor cara a cara?

—No. Por el momento solo nos comunicaremos por esta vía.

—Entonces pónganse cómodo y escuchen.

Kevin recorría la habitación mientras les explicaba todo desde como obtuvo las habilidades, las condiciones de para no perderlas, los tipos de habilidades que posee, todo por lo que pasó, cómo murió y revivió hasta que se enfrentó al chico oscuro. Incluso lo que le fue revelado por Wyrat del destino que le depara a la humanidad. Fue varias horas de intercambio.

—Suficiente gracias. Te avisaremos para llevarte al laboratorio para estudiarte y luego al campo para probar lo que realmente eres —dijo Wayne y luego agregó—. Otra cosa. Estabas envenenado pero ya tu cuerpo de adaptó a la toxina.

—¡Esperen! —les dijo Kevin y los hologramas desaparecieron—. Rayos tengo hambre y gracias.

En ese momento se abrió la puerta con tres soldados bien protegidos con trajes especiales y armas.

—Mantén la distancia —dijeron uno de ellos al y un tercero colocó en una mesa bastante comida.

—Tranquilos solo tengo hambre y estoy indefenso —les dijo Kevin y luego pensó—. Wayne sabía lo que yo necesitaba.

A penas se retiraron los soldados Kevin se sentó en la mesa y se comió todo lo que había.

—Ufff. Qué bueno estaba eso —dijo Kevin complacido y dijo—. ¿Hasta cuándo me tendrán aislado?

Al otro día sacaron a Kevin esposado de la habitación. Llegaron al laboratorio, le quitaron las esposas y lo acostaron en una cama. Entonces se activaron unas esposas que lo fijaban a la cama por encima de las muñequeras de sus brazos, piernas y cuello. Lo dejaron solo y luego la cama se movió y se puso frente a un cristal que solo se ve de fuera para dentro. Entonces un escáner bajó del techo y le lanzó una luz con patrones que se marcaban en el cuerpo de Kevin por 10 segundos. Entonces un brazo con una jeringa bajó y le tomó a Kevin una muestra de sangre de su brazo. Luego la mesa bajó quedando acostado nuevamente y quedó libre. Entraron los soldados y lo llevaron personalmente con Wayne en una oficina.

—Al fin nos vemos de nuevo general —le dijo Kevin.

—En un momento vamos para el campo de entrenamiento para comprobar de lo que eres capaz —le dijo Wayne con un tabaco encendido en su boca.

—Le queda con estilo el tabaco —le dijo Kevin pero Wayne no le respondió a su comentario gracioso.

—¿Estás listo? —le pregutó Wayne.

—Si aunque me siento como….

—Una rata de laboratorio jaja —le dijo Wyne graciosamente.

—Sí eso mismo jeje

—Esto te beneficia también. Te dejaremos libre luego de que cumplas algunas misiones para nosotros. Dependiendo de cómo te desenvuelvas.

—Y esa libertad supongo que es con una condición

—Solo que nos mantengamos en contacto.

—Me parece bastante justo. Además algo como yo necesita estar controlado. Así es la ley del mundo.

—Es bueno que lo veas así. Verás. Cuando estés en el campo de entrenamiento te vamos a quitar las muñequeras. Puedes usar todas tus habilidades pero como ya te has percatado tienes conectado en la médula espinal un dispositivo que te va a neutralizar y dejarte sin conocimiento si te alejas de la base. Si tomas una actitud agresiva hacia alguno de nosotros incluyendo objetos así como el que traes puesto si trataras de desactivarlo. Y si ocurriera alguna emergencia solo di la palabra y yo recibiré la señal.

—Eso es a lo que yo digo tener el control —le dijo Kevin.

—Vayamos al campo entonces —dijo Wayne dando órdenes para que llevaran a Kevin allá.

Lo dejaron en un terreno con los alrededores totalmente blindado para soportar fuertes impactos sin afectar las afueras. Entonces se le desactivaron las muñequeras sin que se les cayeran y enseguida activó la visión electromagnética.

—No hagas nada indebido —una voz le dijo que hacía eco en ese lugar.

—Al fin. Ya extrañaba esto —pensó Kevin observándolo todo. Todo su cuerpo emanaba electricidad.

—Por favor, solo haz lo que te pidamos —dijo uno de los científicos y Kevin volvió a la normalidad.

—Lo siento —se disculpó Kevin—. ¿Qué quieren que haga?

Entonces bajó del techo al final del terreno un electrodo con forma de estatua de una persona. Estaba aproximadamente a 50 metros de Kevin.

—Lanza un rayo a la estatua —dijo el científico.

Kevin puso una mano frente a él. Rodeó la mano de campo de fuerza. Luego chispeaba de electricidad. Se formó un patrón de electricidad frente a la mano de Kevin y lanzó un rayo multicolor viajó a la velocidad del rayo, cuando golpeó el objetivo hizo una sonido ensordecedor con una luz cegadora y la estatua que emanaba humo estaba casi derretida. Las luces de toda la base parpadearon.

—¡Asombroso! —pensó Kevin—. Cuando lo usé en la pradera recuerdo que viajó más lento.

—Uff eso estuvo peligroso. Casi 250 millones de voltios y 1 millón de amperes.  Mucho más potente que un relámpago —dijo el científico y luego comunicó a Kevin—. Prueba #1 terminada. 

—¡Whoa! —exclamó Kevin para sí mismo—. Y eso que casi no usé energía espiritual. Eso definitivamente desintegraría cualquier objeto orgánico casi instantáneamente.

La estatua se recogió.

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—Kevin, esta segunda prueba es de ultra alta peligrosidad física. Queremos ver cuánto soporta tu campo de fuerza.

—Estoy preparado. Aunque ya morí una vez y créanme no me gustó —dijo Kevin jocosamente tratando de relajar a los demás.

—Este chico es gracioso —murmuraban algunos científicos entre ellos y Wayne los miraba serio como para regañarlos.

—Colócate a un lado del terreno —le indicó Wayne y así hizo Kevin.

Cuatro ametralladoras 1 en cada ángulo 90 alrededor de Kevin aparecieron del techo apuntándole.

—Oigan tengo ganas de ir al baño —dijo Kevin—. No. Es broma solo disparen.

—No te preocupes no te vamos a disparar. Es a tu campo solamente.

—De acuerdo.

Kevin hizo un campo de fuerza redondo a unos metros de él.

—Ya está —dijo Kevin.

—¿Estás seguro? —preguntó el científico pues no se veía a simple vista y observó por unas cámaras especiales algo medio invisible estaba allí.

—Estoy listo para ganarme mi comida. Espero que me den mucha.

Las luces se oscurecieron un poco y las armas empezaron a dispararle al campo que Kevin había creado. Los haces de luz que dejaban los proyectiles impactaban alrededor del campo de fuerza haciendo ondas.

—Me debilito menos que antes —pensaba Kevin bostezando.

Cada ametralladora disparó 100 proyectiles y luego se recogieron. Las luces retornaron a su luminosidad normal. En el suelo había casquillos que humeaban y no había rastro de las balas que impactaron en el campo de fuerza pues se habían desintegrado.

—También puedo hacer rebotar los proyectiles que impacten con el campo de fuerza pero supongo que aquí no puedo hacerlo —agregó Kevin.

—Prueba #2 terminada —dijo el científico. 

—Vamos a comenzar con la tercera y la más peligrosa. Te hemos visto moverte a la velocidad de la luz. Vamos a dispararte con un arma similar— dijo Wayne.

—¿Es necesario este nivel de prueba? Nunca me he enfrentado a la velocidad de la luz ¿Quieren que muera?

—No te vamos a apuntar a ti. Dinos si la vez lenta cuando uses tu habilidad.

—Ok bueno —dijo Kevin.

Un arma especial se activó y lanzó un rayo de luz inofensivo que pasó al lado de Kevin.

—Sí pude verla. Puedo esquivarla.

—Prepárate entonces, ahora necesitamos pruebas de tu veracidad.

—Adelante. Mientras más rápido lo hagan mejor —dijo Kevin con voz determinante. Se activó otra arma más poderosa. Kevin se concentró bien y el arma le disparó a Kevin un haz de luz grueso a la velocidad de la luz y Kevin con la compresión de tiempo se hizo a un lado y el láser siguió de largo. A simple vista Kevin no se movió. Y hubo una gran explosión detrás de él.

—¡Increíble! —dijo el científico—. Prueba #3 terminada.

—¿Cómo te sientes? —le preguntó Wayne.

—Apenas pude esquivarla. Era más rápida que la anterior ¡De verdad quieren matarme! —dijo Kevin con una herida abierta en un costado que luego se regeneró rápido—. Me siento algo cansado pero ya estoy bien. Gracias por preguntar. ¿Dónde está mi comida?

—Bueno. Suficiente por hoy —dijo Wayne y se llevaron a Kevin a la habitación.

Dejaron a Kevin en la habitación donde descansaría y le dieron la comida que quería junto con una carta. Luego se le apareció Wayne en un holograma.

—Hola general.

—Quería comunicarte según el resultado del estudio que te realizamos. Eres muy útil Kevin, o mejor dicho tus habilidades. Tanto que podrías ser usado para desatar una guerra mundial o terminarla. Eso sin saber si tienes la capacidad para influenciar en el ecosistema del planeta, en pocas palabras, la posibilidad de que puedas destruirlo. 

—Nunca haría eso —dijo Kevin negando esa afirmación con seguridad.

—Tu instinto de supervivencia te dice eso. Pero podría surgir circunstancias que te comprometan a realizarlo —le dijo Wyne y Kevin se quedó pensativo. 

—Contigo cualquier país podría revolucionarse. A diferencia del otro chico que tiene habilidades diferentes de las tuyas

—¿Entonces?

—Mantendremos la palabra de liberarte con restricciones. Eres más útil fuera que encerrado aquí dentro. Nos comunicaremos contigo luego. Ah y esa carta es de Leyla. La dejó antes de irse de aquí. Necesitamos que descanses y entrenes bien. Voy a estar unos días fuera. Recuerda usar el dispositivo para comunicarte conmigo directamente en caso de emergencia —dijo Wayne y su imagen holográfica desapareció.

—Regresó el aburrimiento —se dijo Kevin estando en el cuarto encerrado y se puso a leer la carta.

Kevin abrió la carta y la leyó enseguida.

Cuando leas esto estaremos lejos. No esperé que esto terminara así. Gracias por salvarme y cuidarme. Eres especial. Sé que tienes un gran propósito pero aun así espero que nos veamos de nuevo. Me quedé con deseos de estar a tu lado y te confieso que aumentaron mucho más luego de la traición de Francis. Tenía tantas cosas que compartir y hacer contigo que en el momento que supe que me separaría de ti me puse muy triste. Quería llevarte a todas mis giras, volver a compartir todos juntos. Casi me volví demente cuando te vi muerto, me sentí culpable porque pensé que no te había cuidado lo suficiente pero por alguna razón regresaste a la vida y te tuve cálido en mis brazos. Ya extraño sentirme segura contigo. Te confesaré algo. Cuando me rescataste y me miraste a los ojos sentí el impulso de hacer algo un poquito atrevido pero nos interrumpieron jiji. Sé que no te puedo tener pero no pierdo la esperanza de volverte a ver aunque sea una sola vez.

—¡Rayos Leyla! Igual que Beatrice y las otras chicas. Se interesan por mí por las habilidades. No es por mí. Aunque esto no es del todo malo y estas oportunidades que estoy teniendo son únicas y no las tiene muchos en este mundo —exclamó Kevin sonriendo y continuó leyendo.

Estoy tranquila porque sé que estás en buenas manos. Recuerda que necesitas que cuiden de ti también. Seguiremos nuestros caminos y en el momento menos esperado nuestros caminos se volverán a cruzar aunque sea un momento. Lo voy a estar esperando.

Kevin sonrió y guardó bien la carta.

Los días próximos fueron para continuar poniendo a prueba las habilidades de Kevin. Lo sometieron a explosiones de diferentes grados, lo expusieron a radiaciones de rayos x, calurosas, lumínicas, fuego, electricidad. Lo estudiaron y aprendieron de Kevin muchas cosas acerca del control de la electricidad. Puso en práctica todas sus habilidades y aprendió a usar de forma más efectiva las habilidades y a le enseñaron a usar 2 habilidades nuevas de las que Kevin no tenía conocimiento que podía usar. Los experimentos con Kevin ayudaron a revolucionar el uso de la electricidad.

Kevin se había ganado la confianza de muchos en ese lugar, incluso la del general. De regreso del entrenamiento cuando pasaba acompañado de soldados vio a Linda que la estaban entrenando también. En ese momento ella estaba disparando con diferentes armas a las dianas y lo hacía efectivamente. Kevin la observó y se acercó a ella.

—¡Vaya que destreza! —exclamó Kevin.

—Al fin te dejas ver —le dijo ella dejando de disparar y dirigiéndose a Kevin con gusto de verle.

—Parece que te has ganado la confianza de muchos.

—Mira quién habla.

—Qué tal el entrenamiento ¿Has aprendido algo nuevo?

—¿Te gustaría comprobarlo por ti mismo? En un rato tengo entrenamiento cuerpo a cuerpo.

—Sería injusto. Lo sabes.

—Yo tú no estaría tan confiado.

—Se nota que quieres la revancha. La venganza es un plato que se come frío.

—No será mi primera vez.

—Si nos autorizan, con gusto me pongo en práctica contigo pero tendría que ser en otra ocasión. Estos entrenamientos me han agotado demasiado. No tendrías todo de mí.

—Ok. Lo voy a esperar y no va a ser como la última vez.

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—Jjajaja. Pareces muy confiada. Espero que no te falle cuando nos enfrentemos —le dijo Kevin, pensó un momento y entonces le preguntó—. Oye y ¿Quién te está entrenando?

En ese momento llega Wade. El mejor guardaespaldas de Wayne.

—Linda. Prepárate para el entrenamiento cuerpo a cuerpo —le dijo Wade a Linda.

—Ahí tienes la respuesta —le dijo ella a Kevin.

—Vaya. Qué sorpresa —dijo Kevin y luego pensó riendo con algo de malicia—. Primero Beatrice y ahora Linda. Si no fuera porque falta Leyla diría que siempre ha estado entre las chicas que me han gustado y yo.

—Para mí no lo es —dijo Wade.

—¿Se conocen? —preguntó Linda.

—Solo de vista —respondió Kevin y luego le preguntó a Wade—. ¿Oye Wade por casualidad conociste a Leyla?

—¿A qué viene eso?

—Simple curiosidad.

—Ya que quieres saber te diré y es que fui yo quién la escoltó cuando te trajimos. ¿Complacido?

—Debería enojarme con él pero mi objetivo no es el romanticismo pero a veces no puedo evitarlo. Además tienes cosas más importantes que preocuparte por eso —pensó Kevin hablándose a sí mismo y luego habló—. Gracias. Bueno nos vemos Linda —le dijo Kevin guiñándole un ojo—. Prepárate aunque no tendrás oportunidad contra mí.

—Ella no va a practicar contigo —le dijo Wade.

—¿Por qué? —preguntó ella.

—A excepción de ahora, ustedes dos tienen prohibido acercarse.

—Bueno Linda. Es una lástima, podíamos aprender mucho pero no depende de nosotros.

—Ella de todos modos va a aprender de ti, sin ti. Recuerda para qué te estudiamos.

Kevin se fue a retirar.

—No te he dado permiso para retirarte.

—¿Permiso para retirarme? No recuerdo estar bajo tus órdenes —dijo Kevin y continuaba caminando. De momento Kevin sintió un calambre en su cuello que lo hizo agacharse.

—Rayos. Qué presuntuoso es. Detesto a las personas que son así delante de las chicas —pensó Kevin y vio que Wade había hecho con unos lentes digitales que tenía puesto, se auto calmó y se dirigió a él—. Permiso para retirarme señor

—Puedes retirarte —le respondió Wade y Kevin entonces se retiró.

—Yo tampoco debo presumir. Estas habilidades ni siquiera son mías. Igual si no las tuviera no podría contra él —pensó Kevin angustiado mientras se iba.

—Kevin ¿Fuiste tú quién desactivó el dispositivo que tenía en mi cuello? —le preguntó Linda a Kevin recordando que tenía que preguntarle algo.

Kevin se volteó y asintió.

—¿En qué momento?

—Cuando te quedaste dormida —le respondió Kevin y ella recordó ruborizada que en aquel momento estaba entre los brazos de Kevin. Wade se quedó pensativo y Kevin continuó.

—Empezamos entonces —le dijo Wade a Linda para interrumpir el momento.

Kevin se fue a su cuarto pensativo y conversaba con el elemento para despejar.

—¿Cómo debería llamarte? —le preguntó Kevin.

—Como desees —dijo el elemento.

—Te voy a decir Wy en memoria de Wyrat ¿Te parece bien?

—Yo no tengo sentimientos. Me da igual como me llames.

—Bueno Wy. Ahora mismo quisiera no tener sentimientos.

—¿Te gustaría que los suprima?

—¿Puedes hacerlo?

—Por supuesto. Pero eso te volvería un ser insensible. Podrías convertirte el alguien peligroso ya que te daría lo mismo una cosa que otra.

—Mejor no —dijo Kevin.

—Está bien.

—Es que me hicieron sentir menos.

—Lo sé.

—Y lo que más me molesta es que no debo defenderme.

—¿Kevin?

—Dime.

—Abre tu mente.

—Tienes razón. Hay más chicas en las cuáles Wade no está en el medio. Están Kristen, Lauren y aquella chica del hotel ¡Oh vaya! Cómo olvidarla —dijo Kevin recordando lo intenso que fue su primera vez con aquella chica—. Uff necesito agua bien fría.

Kevin se calentó pensando en la chica del hotel y tomó una ducha bien fría.

—Desconectaste rápido. A que se te pasó el ataque de celos que tenías.

—Jaja gracias Wy. También no debo tener resentimientos, además todos estos sentimientos son superficiales. Gracias.

—Kevin. No debemos estar mucho tiempo aquí. Tenemos que salir y detener a Caronte. Sé que va a regresar.

—¿Cómo lo sabes?

—Lo presiento. Cuando te enfrentaste a su chico en el momento que tocó tu pecho sentí que algo fue tomado de mí.

—Si yo también sentí algo parecido ¿Qué habrá sido?

—El flujo que salió de nosotros en ese momento no era energía espiritual ni vital. No estaba seguro pero luego de analizar, es posible que haya copiado alguna habilidad mía.

—Eso no es bueno ¿Y qué habilidad podría ser? —se preguntaba Kevin y luego tuvo una mala corazonada—. Recuerdo que lo dejamos en aquella base cuando se destruyó y murió. Si tomó alguna habilidad puede haber sido…oh no.

—ÚLTIMA VOLUNTAD —dijeron ambos al unísono.

—Hay una emergencia tengo que decírselo a Wayne —dijo Kevin y se comunicó urgentemente con Wayne.


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