La segunda parte de la quinta habilidad y primera vez
—Verdad que tienes la ropa aquí también. No te preocupes por mí, yo puedo esperar fuera —le dijo Kevin disimulando que le agradaba la vista del cuerpo de ella e iba saliendo del cuarto.
—No, no, está bien, termina. Ustedes los hombres son rápidos para vestirse y así me tomo mi tiempo cuando termines —le dijo la chica e iba a salir del cuarto.
—Está bien. Pero espera. Tienes la cara un poco enrojecida —le dijo Kevin colocándose la toalla en el cuello, se acercó a ella y le tocó la frente con la diestra—. Parece que tienes fiebre. Te voy a traer un calmante —le dijo Kevin.
—Si supiera que no es por eso que estoy así. El baño a penas me sirvió para refrescar —pensó ella y Kevin escuchó sorprendido lo que ella pensó.
Aun así de todos modos para no levantar sospecha de que le había escuchado los pensamientos. Sacudió su cabeza con un gesto, fue y buscó un frasco con píldoras acompañado con un vaso de agua. Tenía una vaga idea lo que ella estaba sintiendo y estaba sorprendido de ello tratando de disimularlo.
—De todos modos esta medicina es inofensiva y puede ayudar a calmarse un poco —pensó Kevin quién abrió el frasco delante de ella, tomó una píldora en sus dedos y se la dio esperando que ella la agarrara con una mano y sí, ella la tomó, pero tocando los dedos de Kevin con sus labios, luego tomó agua, se quedó con el vaso en la mano y Kevin le dijo revelándole su gusto por ella—. No esperaba que detrás de la ropa casual que usabas se escondiera una chica tan atractiva.
A ella le gustó ese comentario. Se miraron fijamente. Kevin tomando la iniciativa para comprobar las intenciones de ella, acercó su cara a la de ella una parte de la distancia entre ellos y ella para corresponderle, redujo el espacio que quedaba entre sus labios y los de Kevin hasta que se dieron un beso suave superficial. Cuando sus labios se separaron ella abrió un poco su boca para acercarse a la de Kevin nuevamente ya que se quedó con deseos de seguir pero Kevin ya se había separado un poco de ella.
—Vamos. No te detengas ¿Por qué no seguiste? —pensó ella con deseo frustrado y Kevin escuchó claro ese pensamiento de ella.
—Así que era cierto. Esto me da mucha ventaja con las chicas jaja y parece que esto tiene pinta de poder seguir —pensó Kevin traviesamente.
Entonces Kevin le quitó el vaso de su mano y junto con el frasco los dejó caer al suelo los cuales rebotaron ligeramente sin romperse. Él los había envuelto en un campo de fuerza sutil establecido con rebote de daño para que no se rompieran. La chica se extrañó que a esos objetos no les pasara nada. Kevin la acarició con sus manos desde sus hombros hasta que la tomó de ambas manos y ella caminaba hacia él poco a poco hasta que Kevin tropezó con la cama y se sentó con la chica frente a él de pie entre sus piernas. Tenía que mirarla hacia arriba. Sin hablarse aún, Kevin soltó sus manos y la tomó por las piernas de ella sintiendo su piel suave y pensó para sí mismo—. Ya no me voy a detener con la inducción de sentidos. Prepárate.
Ella tomó la cara de él entre sus manos y acercó su cara a la de Kevin, abriendo su boca y luego la cerró sobre la de él de forma suave. Kevin también la seguía desde abajo y continuaron hasta que Kevin se acomodó y la hizo se sentarse encima de sus piernas y seguían en la guerra de los besos.
—Vaya, no sabía que se podía sentir tanto placer con solo besar a un chico. No me imagino si lo hiciéramos —dijo la chica pensando y se quitó la toalla del pelo soltándoselo.
—¿Otra vez? Escuché lo que dijo en su mente ya que no puede hablar mientras nos besamos. Bueno aquí voy otra vez con lo mismo. Ya tendré tiempo luego para pensar en eso de los pensamientos —se dijo Kevin a sí mismo pensando, estaba tan erguido que la tocaba con fuerza allá abajo dándose cuenta de que ella no tenía ropa interior puesta. Entonces ella lo empujó ligeramente tirándolo a la cama. Ella se deslizó por encima de Kevin y se seguían besando, el pelo que tenía suelto caía encima de Kevin. Aún ella tenía la toalla que le cubría parte del cuerpo.
—No puedo dejarla tomar las riendas —pensó Kevin.
Cuando ella bajó la guardia, Kevin se la quitó de encima y la tendió en la cama, le apartó la toalla que la cubría y él también se desvistió para estar a la par y la acariciaba en sus labios e iba bajando por todo el cuerpo. Escuchaba los gemidos reprimidos de ella y en sus pensamientos escuchaba lo que ella quería exactamente que le hiciera. Kevin la complacía sin que se diera cuenta excepto entrar dentro de ella lo que era riesgoso. Entonces la hizo terminar haciéndoselo de forma oral. Ella terminó tan fuerte que mojó la cara a Kevin con sus fluidos.
—L..Lo siento —le dijo ella apenada poniéndose sus dos manos en la cara.
—Está bien. Lo que importa es que te sentiste bien.
—Faltas tú, entra —le dijo ella ruborizada.
—Tengo una idea mejor —le dijo Kevin y cuando la besó se quedó dormida.
—Rayos. Se durmió. Voy a tener que terminar solo.
Kevin fue la baño.
—Uff ¡Qué presión! Si no descargaba iba a pasar un mal rato. Mi frustración de no poder estar con una chica continúa —se dijo Kevin soltando un suspiro.
Kevin aprovechó, se aseó de nuevo y se vistió. Pasó por la sala de estar y en una mesa pequeña preparada con cigarrillos y bebidas. Agarró un cigarrillo.
—Nunca he fumado. Tengo que aprovechar esto que estoy viviendo —se dijo Kevin. Se colocó el cigarro en la boca fue a agarrar un encendedor pero pensó en que la electricidad genera calor también. Se colocó la mano derecha cerca de su boca con el dedo índice y el pulgar a cada lado de la punta del cigarrillo. Hizo un hilo de electricidad que lo atravesó por la punta y lo encendió.
—Los fumadores me perseguirán si se extinguen los encendedores. Tiene un sabor a mentol agradable —dijo Kevin tosiendo ya que era la primera vez que fumaba. A medida que probaba se iba acostumbrando—. Pero no es bueno coger vicio de esto.
Entonces fue al cuarto a verla y seguía dormida. Kevin la tapó con una sábana. Las ropas estaban regadas por todo el cuarto. Ella decía dormida el nombre de Kevin—. Espero no haberme ganado una acosadora —dijo Kevin—. Y por cierto. Me estoy volviendo un maestro del sexo oral jaja. Y ¿Qué locura? Así que también puedo escuchar los pensamientos de las personas a parte de entrar en ellos. Esto es demasiado injusto —pensó Kevin estando en la puerta del cuarto mirando a la chica mientras él despedía una bocanada de humo del cigarro.
Kevin fue a la sala de estar y apagó lo que quedaba del cigarrillo en un cenicero y salió de la suite. A penas salió mientras caminaba cuando estaba cerca de las personas escuchaba dentro de su mente las voces de todas esas personas mezcladas en su mente.
—¿Qué es esto? —pensaba Kevin mirando a todos lados—. Me voy a volver loco
Fue al lobby del hotel y se sentó a ver si se pasaba eso.
—Esto es una locura. Así que también puedo escuchar los pensamientos de varias personas a la vez.
Pasó un rato, Kevin se enojó y dio un golpe en llamando atención de muchos en el lobby del hotel. En ese momento Kevin sintió un alivio ya que las personas pusieron sus mentes en blanco pero solo fue un momento.
Muchos se quedaron mirándolo. Kevin se puso de pie y volvía a la suite.
—Tengo que encontrar la forma de controlar esto —dijo Kevin.
Entonces Brad lo interceptó cuando estaba llegando a la suite.
—Dime ¿cómo te fue?
—Se quedó.
—Kevin. Hablas como un maestro de la seducción. Muchos hombres se relajan luego del acto y tú estás como si nada hubiera pasado.
—No es para tanto.
—Rayos Kevin debes ser muy bueno en la cama —le dijo Brad.
—Anda vamos. Si viniste a buscarme es porque Leyla nos está esperando.
—Sí vamos a cenar con ella.
Mientras caminaban, Kevin escuchaba los pensamientos de todas las personas, unos tras otros y combinándose, se turbaba con un ligero dolor de cabeza, estaba inquieto. Brad se dio cuenta de la actitud de Kevin.
—¿Estás bien? — le preguntó Brad.
—Solo me duele un poco la cabeza —respondió Kevin.
—A lo mejor es hambre.
—Jaja quién sabe. Eres gracioso Brad.
Llegaron a la suite de Leyla y entraron. Fuera había 3 guardaespaldas. Dentro estaba todo preparado para cenar, incluso la cena estaba servida.
—¿Sorprendido? —le preguntó a Kevin Brad.
—Hay que romper los esquemas de vez en cuando. Así podemos conversar tranquilamente nosotros tres solos —dijo Leyla—. Siéntense y a cenar.
Todos se sentaron, Kevin estaba sorprendido por la comida. Era algo que nunca se imaginó comer. La comida era fina y cara. Kevin trató de disimular pero le era espléndido estar ante esa clase de comida.
—Qué te parece ¿Has comido eso alguna vez? —le preguntó Brad a Kevin.
—¡Brad! —requirió Leyla a Brad—. ¿Quieres avergonzarlo?
—No se preocupen, no me avergüenzo tan fácil —dijo Kevin.
Apuntó Brad a Leyla con su mano haciendo la forma de una pistola e hizo un gesto como si le hubiera disparado y sopló la punta de sus dedos.
—Recuerda que eres mi guardaespaldas, no el de Brad y no perdono la traición —le dijo Leyla a Kevin.
—Ahjjj —dijo Kevin bajando la cabeza.
—Es broma tonto. No tienes que ponerte así. Además hiciste mucho por mí, por nosotros. Nos toca hacer por ti ahora —dijo ella y Kevin levantó la cara.
—No tienes por qué hacerlo —le dijo Kevin.
—Yo quiero hacerlo de todos modos. Te estoy agradecida.
—Así no vamos a comer —dijo Brad.
—Sí, comamos —dijo Leyla.
Mientras comían conversaban de temas casuales. Después que comieron Kevin quedó muy satisfecho y siguieron hablando.
—Sabes que acabamos de conocer a Kevin y aunque nos inspira confianza necesitamos conocerlo —le dijo Leyla a Brad y luego miró a Kevin.
—Leyla tiene razón ¿Estás de acuerdo Kevin? —dijo Brad dirigiéndose a Kevin.
—Bien. Voy a poner las cartas sobre la mesa. Sé que puedo ser muy peligroso pero hay 2 cosas que si las hago, dejaría de ser lo que actualmente soy. La primera es que no debo estar con ninguna mujer
—Vaya, eso te quita parte de tu vida —dijo Leyla—. ¿No te preocupa contarnos eso?
—He de confiar en ustedes. Además ya eso es normal en mí—dijo Kevin.
—¡Espera! —dijo Brad interrumpiendo sin pensarlo—. Y cómo me explicas lo de la chica.
—¿Qué chica? Díganme tengo derecho a saber —preguntó Leyla y se dirigió a Brad—. Espera… ¿Le buscaste una chica a Kevin sabiendo eso?
—No. Yo me la busqué solo —dijo Kevin defendiendo a Brad y este le dio una mirada de agradecimiento. Leyla les dio a ambos una mirada de regaño.
—Kevin es un hombre, necesita relacionarse con mujeres también. Pero si no puedes estar con una chica ¿Cómo te las arreglaste entonces? —le preguntó Brad ya que no quería dejar para después su curiosidad.
—Tengo mis trucos además no es la primera vez que he tenido que lidiar con ello —le dijo Kevin con pena ya que estaban hablando delante de Leyla cosas de hombres.
—Ufff qué alivio. Pero sea lo que sea que hayas hecho, acabaste con ella Kevin.
—No deberíamos seguir hablando de ello —dijo Kevin.
—Estoy aquí —dijo Leyla
—No te preocupes estamos en familia —dijo Brad.
Leyla estaba pensativa, había agarrado un cigarrillo para fumar y Kevin puso la mano delante de ella y se lo encendió con electricidad demostrándoles que aún no había perdido las habilidades. Luego Kevin agarró uno y lo encendió también.
—Oh vaya qué práctico —dijo Leyla.
—Yo también quiero uno —dijo Brad agarrando un cigarrillo también y Kevin se lo encendió poniendo cara de pereza.
—¿Ahora soy un encendedor? —se quejó Kevin con esa pregunta.
—Tú te lo buscaste —le dijo Leyla y se rió un poco igual que Brad.
—La otra condición es que no debo asesinar a nadie. Por eso el día que te rescaté después que los neutralicé a todos, me quedé un momento observando si les había quitado la vida.
—Entonces, te arriesgaste a quedarte sin habilidades para salvarme —dijo Leyla.
—Sí y no. Ya había tomado mis medidas. Además desde que tengo estas habilidades he tomado muchos riesgos. Lo otro es que no debo estar mucho tiempo con ustedes porque no quiero que se involucren con mis problemas, aunque en realidad creo que no debí involucrarme con ustedes.
—Kevin. Tenerte no será tan peligroso como estar expuestos a morir, cosa a la cual estamos expuestos todo el tiempo. No voy a desaprovecharte por eso y necesitamos tenerte el tiempo que podamos. Además no puedes decidir por los demás.
—Cuando se le mete algo en la cabeza no hay quién se lo saque —dijo Brad—. Pero tiene razón.
—Cuéntanos de tus habilidades —le pidió dijo Leyla.
—Ya las viste todas cuando te rescaté.
—Hace falta más que un ejército para que lo capturen —dijo Leyla describiendo lo que hizo Kevin—. Fue súper rápido.
—Eso fue compresión de tiempo —dijo Kevin y sentía algo de vergüenza porque no le gustaba hablar de ello porque no le gustaba presumir.
—Hizo como un de campo de fuerza que no dejaba pasar ninguna bala —dijo Leyla. Luego les lanzó electricidad neutralizándolos a todos. Después de eso sus ojos brillaron.
—Campo de fuerza, electricidad y visión electromagnética —dijo Kevin.
Brad estaba atento.
—Y finalmente me sanó las heridas y contusiones que tenía.
—Regeneración —dijo Kevin.
—¿Cómo puedes tener todas esas habilidades? —preguntó Brad.
—Es una historia difícil de contar y creer. Preferiría dejar esa parte en secreto —dijo Kevin
—Está bien Kevin —dijo Leyla—. Todos tenemos secretos además ya nos contaste bastante. Gracias
—Leyla, apenas lo descubran nos lo van a querer quitar y no vamos a poder hacer nada. Tenemos que aprovecharlo mientras esté con nosotros —dijo Brad.
—Kevin. Tú no eres el único que tiene que ayudar. Necesitas que te ayuden también y nosotros lo haremos —dijo Leyla.
—Me alegra poder contar con ustedes —dijo Kevin agradecido.
—¿Por qué no tienes móvil? —le preguntó Leyla a Kevin.
—Para no ser localizado. Me deshice de él cuando huí de casa perseguido por la ACM.
—Oh vaya. Tiene razón pero probablemente ya estés en la mira de ellos nuevamente con lo de ayer —dijo Brad.
—Lo sé. Pero salvarla era más importante —dijo Kevin.
—Kevin tienes todo nuestro apoyo. Ahora ve a dormir que te necesito descansado para mañana —le dijo Leyla.
—Gracias pero no me siento muy agotado y tengo que cuidarte —le dijo Kevin.
—Tranquilo. Aquí hay suficiente seguridad. Te necesito para momentos especiales. Además mañana nos vamos para Washington —dijo Leyla.
—Todos los momentos son exclusivos —dijo Kevin—. Si voy a ser tu guardaespaldas tengo el deber de cuidarte en todo momento.
Leyla se puso de pie, se acercó a Kevin que estaba sentado y le agarró la cara con las dos manos y lo besó en la frente mirándolo.
—Recuerda que eres mío y debes hacer lo que te diga
—Está bien —le respondió Kevin—. Lo siento. Había olvidado que debes tener privacidad también.
—Además no deberías dejar esperando a la chica que dejaste —le dijo Leyla.
Kevin se puso de pie para salir y Brad lo acompañó fuera.
—Que bondadosa es ella —afirmó Kevin.
—Kevin ahora que estamos solos quiero decirte algo. Es acerca de Leyla.
Kevin y Brad se quedaron solos en la suite y se sentaron.
—Me parece raro que ella apenas que te conoció te trate con tanto cariño —dijo Brad—. Y me preocupa que ella te vaya a querer de una forma diferente.
Kevin se quedó sin palabras un momento.
—No te preocupes. Yo solo estoy con ustedes para cuidarlos y para nada más. Si veo que las cosas se ponen así, entonces me iré.
—Me alegra que sea así sin embargo me entristece un poco el no poder tenerte —le dijo Brad—. Cuando lleguemos a Washington mañana, te voy a necesitar. Hablaré con Leyla para que te deje ir conmigo a un lugar.
—Está bien —le dijo Kevin.
—Perfecto my boy. Leyla y yo tenemos que preparar algunas cosas. Mañana a primera hora partimos. Trata de descansar —se despidió Brad abrazando a Kevin y entró a la suite.
Kevin se percató que la chica no estaba en la suite y el cuarto desordenado ya estaba organizado y limpio nuevamente.
—Quizás ya se fue —dijo Kevin.
Se desconectó un poco, se acostó en el cuarto mientras veía las noticias en la TV y vio muchas catástrofes naturales que ocurrían en diferentes países, desde tormentas, tifones, terremotos, tsunamis. Eventos que podría ocasionar escases de recursos e iniciar una posible guerra mundial
—Cada vez ocurren más desastres naturales y muertes. Será que Caronte habrá sacado a su chico. Entonces por la inestabilidad de esos los elementos que Caronte alteró todo eso está ocurriendo. Cuando su chico salga supongo que las cosas se pondrán peores. Me siento incómodo estando en este lugar con los brazos cruzados mientras ocurren todas esas cosas. Me gustaría salvar a todas las personas que pueda e impedir que sucedan esas cosas —dijo Kevin pensando en voz alta mientras continuaba viendo las noticias—. Pero aún no estoy lo suficiente preparado. ¿Qué estará haciendo Wyrat? Me fui de casa y ni siquiera he llamado a mis padres que ni saben cómo estoy. Si realizo una llamada me pueden localizar. Me pregunto si los veré de nuevo a todos mis amigos y a las chicas que dejé atrás. Supongo que sí pero ya no será igual.
—Rayos. Estoy tan emocionado de estar pasando por todo esto que no tengo sueño —se dijo Kevin aburrido. Eran como las 10 PM y se vistió para salir de la suite.
Cuando salió por la puerta, la chica venía llegando sola a la suite.
—Oh vaya —pensó Kevin percatándose de lo bien que estaba vestida y pensó preocupado—. ¿Cómo se sentirá después de lo que le hice?
—Hola —le dijo ella risueña tocándose el pelo.
—Hola. Estás preciosa —le dijo Kevin.
—Gracias. Y tú también te ves bien —le dijo ella respondiéndole al elogio—.¿Dónde has estado todo este tiempo? Tuve que salir sola.
—Estaba reunido con Leyla y Brad. Me dieron la noche libre. Pensé que te habías ido.
—No podría irme de aquí así sin más.
—Bueno. Ahora mismo no tengo sueño. Iba a caminar un poco. ¿Quieres ir conmigo? —le propuso Kevin
—De hecho venía a buscarte. Estaba cansada de andar sola por ahí y que muchos intentaran acercarse. Por Dios mira como hay hombres desesperados.
—Nos vamos entonces —le dijo Kevin dándole el brazo pero ella en vez de tomarlo, enlazó sus dedos con los de Kevin como si fueran pareja, salieron de la suite y fueron al bar del hotel.
—Vamos —le dijo ella tratándolo con seguridad.
—Vaya qué confianza —pensó Kevin.
Llegaron al bar del hotel. Pidieron unas bebidas para acompañar mientras que una música de fondo relajaba el ambiente. Conversaron, bailaron. Intercambiaron miradas y gestos pero no aguantaron mucho tiempo y regresaron a la suite a buscar privacidad.
Estaban cerca y apoyados en el balcón de frente a la ciudad tomando de unas copas mirando la agitada ciudad nocturna con la luna en cuarto creciente en el cielo.
—Eres bueno soportando la bebida —le dijo ella relajada por la bebida.
—Digamos que es uno de mis puntos fuertes. Me permite compartir más con mis amistades cuando se trata de tomar —le dijo Kevin volteándose y apoyándose de espalda al borde del balcón.
—Todavía no creo cómo puedes ser guardaespaldas de Leyla —dijo ella tomando la misma posición de Kevin al lado de él.
—Es un secreto —le dijo Kevin y luego comentó en voz baja—. Como la razón por la que te sientes atraída por mí.
—¿Ehh? ¿Qué dijiste? Habla alto que no escuché —dijo ella acercándose su cara a Kevin.
—No nada. Solo estaba hablando conmigo —le dijo Kevin y ella sintiéndose con la curiosidad frustrada retomó su posición y le daba vueltas a la bebida de la copa.
—Toma y voltea —le dijo ella dándole la copa a Kevin.
—¿mmm? —Kevin hizo un gesto de confusión y cuando vio que ella se iba a quitar la ropa, Kevin se volteó.
Cuando ella se quitó la ropa la dejó caer a los pies de Kevin quien se dio cuenta.
—¡Qué traviesa! —pensó Kevin.
—Voy a calentarme un poco —dijo ella, entró a la piscina y se puso en dirección de él apoyándose en el borde para no darle la espalda—. Mmm que calientica está. Kevin alcánzame la copa.
—Ten cuidado de que la copa no caiga en el agua —le dijo Kevin volteándose e inclinándose para darle la copa.
Ella tomó de la copa y la puso en el borde de la piscina.
—¿No me vas a invitar? —le preguntó Kevin.
Ella se apoyó con los dos brazos en el borde de la piscina y se levantó parcialmente del agua para acercarse a Kevin quién seguía inclinado.
—Si no vienes es porque no quieres —le dijo ella agarrando rápido a Kevin por una mano y lo jaló, tirándolo a la piscina con ropa y todo. La piscina no era profunda podían tocar el fondo sin que los cubriera al agua completamente.
Cuando Kevin sacó la cabeza del agua simuló un gesto de poca gracia y ella se estaba riendo.
—Ok —le dijo Kevin y comenzó a moverse dentro del agua.
—¿Qué haces? —le preguntó ella.
—Lo mismo que tú —le dijo Kevin y con un poco de trabajo se quitaba la ropa y la lanzaba fuera de agua. La camisa, los zapatos, el pantalón, las medias—. Y…. —dijo Kevin agachándose y lanzó su ropa interior también.
Cuando ella vio volar el bóxer de Kevin fuera de la piscina, se puso sus dos manos en la boca.
—Estás demente jaja —dijo ella riéndose y vio que Kevin se acercaba—. No espera. No te acerques.
—Eso fue por lanzarme a la piscina. Asume las consecuencias —le dijo Kevin y ella nadaba para escaparse de él.
Ella se escapaba nadando pero Kevin usó la compresión de tiempo y la alcanzó agarrándola por una pierna y la acomodó frente a él.
—¿Cómo llegaste tan rápido? —le dijo ella asombrada.
—Simplemente fui más rápido que tú —le dijo Kevin y ya estaba usando la inducción de sentidos en ella y se estaban mirando.
—Kevin —le dijo ella suavemente.
—Sí.
—Termina lo que empecé —le dijo ella y Kevin captando lo que dijo, se acercó más a ella y le quitó despacio lo que le quedaba de ropa a ella. Luego rodeó el cuello de Kevin con sus dos brazos—. Respecto a lo que sucedió entre nosotros. Verás yo no soy una chica fácil. Si cedí a ti fue porque…
—Te gusté —le terminó de responder Kevin.
—Tonto no tenías que decirlo. Sabías la respuesta. No me avergüences —le dijo ella golpeándolo suavemente con los puños en el pecho de Kevin mientras él la tomaba por la cintura.
—Te comprendo porque si yo también decidí acercarme a ti fue por la misma razón —le dijo Kevin tomándola por la barbilla—. No veo en eso razón para sentir vergüenza. Solo estamos tú y yo.
Se miraron fijamente. Eso solo significaba una cosa.
Sin perder tiempo ya que la confianza entre ellos había aumentado. Ya no había distancia emocional entre ellos. Ambos se acercaron y se empezaron a besar apasionadamente.
—Esta vez esto no va a ser como la última —le dijo ella y continuaron con las caricias.
Kevin la volteó y le acariciaba el cuello con sus labios. Con las manos le apartaba el pelo, la acariciaba por la cintura y hombros. Kevin preocupado entre si continuar o no, recordó lo que le había dicho Wyrat que si durante la unión él desprendía más energía que su compañera, el elemento podría pasar a ella.
—Claro, por eso Wyrat me había dicho en aquel entonces que analizara el lado positivo de la inducción de sentidos. Para hacer que mi compañera termine más fuerte que yo y reducir el riesgo a cero. Para eso es la inducción de sentidos, para lograr una mayor estimulación. Ya la hice terminar fuerte una vez y me siento en confianza con ella. Tengo que hacerlo, es ahora o nunca. Además no sé cuando volveré a tener otra oportunidad y no quiero seguir evitando esto —pensó Kevin decidido a hacer el acto con ella y por primera vez Kevin se unió a una chica.
Luego de variar un poco en el acto comenzando en la piscina y terminado en el jacuzzi, habían acabado al mismo tiempo. Ella estaba sentada encima de Kevin con una mano apoyada en un hombro y otra en su pecho, se miraban tiernamente mientras seguían unidos y por toda la suite se escuchaba la misma canción romántica de la primera vez que se vieron en el restaurante.
—No quiero que te vayas —le dijo ella suavemente tocando su frente con la de él y lo rodeó con sus brazos.
—No me iré —le dijo Kevin.
—Mentiroso —le dijo ella—. Te lo decía porque te voy a extrañar…un poquiiiiito.
—Y yo a ti porque que eres mi primera vez.
—¿En serio? —le dijo ella separando su frente de la de Kevin.
—Si.
—Aunque analizando bien. Tuviste unos detalles que delataron tu falta de experiencia.
—Te la estás desquitando ¿verdad? Lo siento. Debí darte un poco de trabajo —le dijo Kevin.
—Me gustó como me trataste. No estuviste mal para ser la primera vez. La verdad me habría gustado que mi primera vez hubiera sido contigo —le dijo ella.
—¿Quién sabe? Quizás es mejor que haya sido así. Puede que no hubieras disfrutado lo suficiente este encuentro hubiera sido tu primera vez.
—Puedes tener razón —le dijo ella y pensó en sentirse agradecida de haber tenido experiencia.
—Además me ahorraste mucho trabajo. Me lo pusiste fácil. Gracias —le dijo Kevin graciosamente.
—Keeeeevin —le dijo ella simulando enojo.
—Está bien, está bien. Me retracto de lo que dije.
Ella nuevamente comenzaba a moverse despacio encima de Kevin.
—¿Con que esa tenemos? —le dijo Kevin notando que ella quería seguir y volvieron a repetir el evento.
Luego de terminar, estaban abrazados en la cama y ella estaba dormida en el pecho de Kevin.
—Que funcione, que funcione, que funcione —rogaba Kevin muy preocupado que funcionara alguna habilidad. Le pasó por la mente la humillación que sentiría si ya no tenía las habilidades por una imprudencia cometida hasta que usó la visión electromagnética sin problemas y pensó desahogado—. Uff qué alivio. La confianza que tenía se había convertido en desesperación. Creo que no lo vuelvo a hacer. Pero valió la pena. Ya no voy a morir virgen jaja. Realmente no le importó que terminara dentro de ella. De todos modos tuve la idea de esterilizar mis fluidos con electricidad por si acaso. Eso estuvo peligroso. Definitivamente esto se siente como hacer trampa —pensaba Kevin mientras le acariciaba el pelo recordando como lo hicieron, las pequeñas dificultades que tuvo por la falta de experiencia y lo que hizo para dejarla satisfecha a la manera de ella leyendo sus pensamientos hasta que terminaron juntos.
A primera hora del día siguiente Kevin se despierta. La chica estaba acostada con su cara en el pecho de él con un brazo y una pierna encima de él.
—Si se despierta puede ser problemático y tengo que irme dentro de poco —pensaba Kevin en como levantarse sin despertarla—. No me queda de otra que usar la regeneración para que siga dormida.
Ella no se enteró cuando Kevin se levantó de la cama y se quedó mirándola.
—Siiiiiiii. Lo conseguí. Pensé que nunca iba a suceder. Gracias a ti Iris y a Wyrat también —pensó Kevin emocionado otra vez apretando sus puños y se alistó para partir.
—Es un poco triste. Hubiera querido pasar más tiempo contigo. Ni siquiera supe tu nombre pero creo que ya no importa. Tengo un camino largo por delante. Seguramente ni te vuelva a ver. Tengo que saber tomar decisiones frías. Cuídate mucho y gracias por ser mi primera vez —le dijo a ella quién no lo escuchó porque seguía dormida y le dejó entre sus dedos una flor delicada.
Cuando la chica se despertó, se apoyó en la cama y miró los alrededores. Al percatarse de que Kevin no estaba, miró a su mano y sintió en sus dedos la flor que le dejó como despedida y ella la apretó con su mano sin dañarla.
Ella se levantó, prendió música romántica, se puso ropa ligera y fresca, fue al balcón de la suite, se apoyó en borde de él, tomó algo caliente y se llevó la flor a sus labios oliéndola suavemente mientras su vista se perdía a lo lejos en el amanecer del sol que salía por un horizonte lleno de edificios y rascacielos.
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