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TG - Capítulo 713
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Capítulo 713: El Fin 4.

Capítulo 713: El Fin 4.

La batalla final estaba al frente de ellos. Rodeando a Zerzura, lo único que era visible era la oscuridad que había cubierto el cielo y el horizonte, no dejando que ninguna luz lo atravesara.

Aurora que observaba la oscuridad, se giró mirando a su lado viendo los últimos vestigios de la humanidad.

Nicole, hace tiempo ya no estaba al igual que muchos otros que murieron durante los años que la oscuridad se había extendido.

Desde que la Ciudad Atlántida fue atacada, la oscuridad devoró naciones enteras y lo único que ella pudo hacer fue ayudar, pero incluso la ayuda era simplemente un modo de retrasar la oscuridad.

Y ahora estaban aquí, el último bastión de la humanidad en la tierra.

Aurora volvió a mirar hacia adelante, no tratando de pensar en quienes la rodeaban, ni quienes eran… Hace tiempo había dejado de pensar en quienes la rodeaban y en quienes morían.

Por más cruel que sonara, Aurora sabía que no podía quedarse quieta, llorando por aquellos que ya no estaban, sino que debía concentrarse en la misión… Una misión que daría fin a este mundo o su vida.

“La Guardiana esta lista.” 

Aurora escuchó la única voz que la mantenía cuerda en este mundo que lentamente la llevaba a la locura.

Ella se giró observando a Amnestria, cuya apariencia física ya no era la misma. Amnestria en este punto era una felina delgada, con múltiples cicatrices por todo su cuerpo revelando las dificultades que habían sufrido durante todo este tiempo.

Aurora al observar a la tigresa cuyos ojos purpuras estaban fijos en ella, mantuvo controlada su respiración y se giró mirando el centro de la ciudad de Zerzura en el que se encontraba un gigantesco árbol.

La Guardiana del Séptimo Portal Abismal fue traída por Alice a este mundo, en una de las raras decisiones que tomaba su hermana.

Alice no tenía un objetivo en mente y en cierto modo esa Diosa fue una de las pocas personas que de algún modo conectó con Alice y ahora esa antigua Diosa estaba en Zerzura, preparada para ayudarla.

A pesar de que la antigua Guardiana ya no era una Diosa, Aurora que había conocido a los Semidioses, entendía que esa poderosa entidad tenía esa fuerza, una que era muy elevada y ahora les estaba apoyando.

Quizás lo ayuda ‘divina’ más cercana que tuvieron durante estos años… Aurora que pensó en las veces que rezó por ayuda incluso a su sistema o su cuñada y agitó la cabeza al darse cuenta de que sus pensamientos se estaban descontrolando.

Ella necesitaba mantenerse enfocada así que exhaló de vuelta y se giró a Amnestria.

“¿Tú estás lista?” Preguntó Aurora a Amnestria.

En este punto que ella había quedado sola mientras todos aquellos que conocían morían o ya no estaban, Aurora observó a Amnestria.

La tigresa de pelaje oscuro y ojos purpuras la observó y asintió entendiendo su decisión y revelando una determinación digna de la Reina del Bosque.

Digna de una de los rangos SSS más poderosos de la tierra, la Reina del Bosque Mágico, la Gobernante de las Bestias y una de los tantos individuos que estaban dispuestos a dar su vida para ayudarla… A pesar de que la muerte les esperaba.

“Ya viene…”

Aurora escuchó una voz y volvió a mirar al horizonte en la oscuridad, específicamente la barrera de la gran muralla que protegía Zerzura y que ahora detenía la oscuridad.

Ella volvió a exhalar alejando cualquier rastro de duda de su mente y desenfundó una de sus espadas y la elevó al cielo, extendiendo un pilar de su aura celeste.

Alrededor de la ciudad también pilares de color celeste surgieron cuando Aurora trató de usar su aura sobre un límite que jamás había intentado.

Controlar espadas que estaban a kilómetros de distancia era una tarea que no solamente requería tener una mente clara, sino que una fuerte voluntad y conciencia a la hora de controlar sus auras.

El sudor cayó por su mejilla y Aurora por primera vez en mucho tiempo se sintió agotada, pero a su alrededor los pilares empezaron a extenderse hasta que cubrieron el centro de la ciudad de Zerzura.

La Ciudad de Zerzura era enorme e incluso ella que era un rango SS no podía proteger toda la ciudad, así que en vez de proteger toda la ciudad Aurora se centró proteger el centro donde estaban los búnkeres con los refugiados.

Quizás una decisión estúpida debido a que ella necesitaba toda su fuerza para lo que estaba por hacer, pero… Al final de cuenta, una decisión que ella no pudo evitar tomar.

Incluso si moría, ella al menos quería tratar de proteger a otros, aunque sea por un par de minutos más.

Aurora bajó la espada sintiendo el cansancio y el sudor caer por sus mejillas, pero su mirada se quedó firme en la oscuridad y…

“Avancen.”

Su orden fue dada y ella fue la primera en obedecerla avanzando hacia la oscuridad que la rodeaba y que únicamente era detenida por la barrera de la gran muralla.

La barrera que protegió Zerzura por meses fue destruida y luego la oscuridad se abalanzó sobre ellos.

“AUgg…”

“Haa!”

Aurora escuchó los gritos de dolor a su espalda cuando un numero inimaginable de lanzas cayeron del cielo y ella simplemente continuó esquivando, sin parar de correr.

Cuando no pudo más ella balanceó su espada y sus cortes se extendieron por kilómetros destruyendo y abriendo caminos en la densa oscuridad que en este punto la rodeaba.

Entonces la tierra tembló y una gigantesca raíz surgió del suelo y Aurora saltó hacia la raíz afirmándose con su espada mientras atravesaba la densa oscuridad.

Su barrera celeste la protegió a ella y una parte de la gran raíz de la Guardiana, pero Aurora pudo ver como la oscuridad devoraba la raíz con una rapidez impresionante.

La Guardiana del Séptimo Portal Abismal había protegido un mundo entero con sus raíces y si bien en este punto era una Semidiosa, Aurora no tenía dudas de su poder.

Incluso así, frente a la oscuridad que devoraba todo a su paso, la Guardiana era simplemente alimento.

Aurora resistió el viaje y cuando la raíz ya no pudo moverse, ella avanzó usando sus auras para tratar de moverse en la oscuridad, buscando a su hermana que estaba en lo profundo.

En este punto no sabían para dónde dirigirse, simplemente se movían y por mas ilógico e imprudente que fuera el plan, Aurora continuó hasta que fueron rodeado sin permitirle avanzar.

La situación cada vez pasaba más rápido apenas dándole tiempo para pensar.

“Ya es hora…” Aurora se giró al escuchar la voz de Amnestria que al igual que muchas veces antes la protegía desde la espalda.

Aurora vio la determinación de la tigresa y ella asintió.

La barrera celeste que la rodeaba brilló impidiendo ver lo que sucedía en el interior, entonces de repente la oscuridad los tragó por completo.

“HGRAAAA!”

Un grito… No, un rugido humano se extendió haciendo temblar la oscuridad y el aura blanca volvió a surgir mucho más poderosa que antes.

En el centro, Aurora abrió los ojos mientras que entre su cabello un par de orejas del mismo color negro que su cabello se agitaba.

A su espalda, ella sentía algo esponjoso agitarse y fue fácil darse cuenta de que era probablemente su cola.

Quizás las únicas dos características que ella obtuvo de la fusión con Amnestria, al menos con respecto a lo físico.

“Alice…”

Aurora ignoró el cambio en su cuerpo y la rareza de que ella tomara dos rasgos físicos extraños de la fusión y simplemente volvió a moverse por la oscuridad.

Más rápida, más ágil y con una fuerza sin igual… La fusión de una bestia mágica de rango SSS con una humana de rango SS cuyo poder estaba entre lo más alto, tuvo un resultado devastador.

Aurora balanceó su espada cortando la oscuridad por más de diez kilómetros y luego balanceando las garras en su mano, cortes de espada con su aura se volvieron a la lanzar.

A su alrededor surgía la magia de oscuridad de la cual Amnestria era tan hábil repeliendo la oscuridad que trataba de tragarlos.

Dos mentes en una sola trabajando por un mismo objetivo, obteniendo las mejores capacidades de ambos lados en un único cuerpo… Tal era la fusión, que muy pocos domadores de bestias podían realizar.

Aurora con su nuevo poder avanzó por la oscuridad, durante horas, que luego se convirtieron en días… Días que ella ni siquiera pudo contar.

Amnestria era la Reina del Bosque y para conseguir tal título ella enfrentó muchos desafíos y tenía la habilidad al igual que la destreza para sobrevivir por días, pero lamentablemente no era capaz de compararse a lo que ella era capaz.

Aurora que había entrenado en Terra nova y tenía un cuerpo que era capaz de recuperarse extremadamente rápido y con una resistencia sin igual pudo sentir como Amnestria lentamente se agotaba.

No solamente era la energía mágica, sino que la fuerza mental… Aurora mientras cortaba todo a su paso, apretó con mayor fuerza la espada que sostenía.

“ALICE!”

Ella gritó y su voz cada vez más alta se volvió más desesperada.

Amnestria la había protegido durante años y ya no era la misma que antes, no después de haberse enfrentado a la oscuridad demasiadas veces.

También fue ella quien la protegía incluso ahora tomando la mayor carga posible.

“¡ALICE!”

Aurora volvió a gritar el nombre de su hermana esperando alguna clase de respuesta, pero la única respuesta que obtuvo fueron más y más ataques.

“Al…”

“Creo que hasta aquí llegue…” La voz de Amnestria sonó en sus alrededores y Aurora que sentía el cansancio de su amiga, trató de decir algo, pero no pudo.

La fusión terminó y Aurora vio como Amnestria volvía aparecer al frente de ella.

“Ve… Confió en ti, Aurora.” Amnestria se acercó a ella y paso su cabeza por su mejilla como cuando se convertía en la pequeña tigresa que buscaba cariño.

Solamente que esta vez, la sostuvo en una mano creada con magia de oscuridad y la lanzó en lo más profundo de la oscuridad alejándola lo más posible.

Aurora que voló destruyendo la oscuridad que la trataba de detener, se mordió los labios escuchando el rugido a su espalda de dolor.

“ALICE!!!”

Aun así, continuó la búsqueda sin mirar hacia atrás usando sus auras para protegerse y destruir la oscuridad que lo rodeaba.

Ella continuó perdiendo la noción del tiempo y la dirección hasta que eventualmente una lanza de oscuridad atravesó su barrera y su estómago.

“Ugg…”

Aurora liberó su aura blanca ya no solamente de su espada, sino que de su cuerpo destruyendo la oscuridad y luego creó un domo celeste a su alrededor para protegerse.

Observando la herida sangrante de su estómago, ella sintió el dolor y fue ese dolor lo que la hizo dudar de todo lo que la rodeaba.

Ella se preparó para ver el final del mundo o su final… Se lo decía cada vez que podía, por tal razón trató de ignorar a la gente que lo rodeaba y trató de no llorar la muerte de aquellos que la ayudaron.

Porque si este mundo terminaba entonces significaba que no era real. Durante todo este tiempo que llegó ella lo sintió, que esto no era real, que era una mentira, un engaño… Una ilusión.

Aun así, el dolor era real y si el dolor era real, quizás todos los demás lo era.

Quizás todos aquellos que murieron también eran reales.

“Alice… No puedo ganarte.” Murmuró Aurora viendo como la oscuridad buscaba atravesar su barrera.

Todo lo que la rodeaba era oscuridad, una oscuridad que no era familiar… Una oscuridad que quizás ella no conocía de su hermana.

Sin embargo, esta oscuridad provenía de Alice, Aurora lo entendió y como tal entendió que no podía ganar.

“Es… Es más fácil sobornarte Alice…” Murmuró Aurora soltando su espada mientras observaba la oscuridad.

A Alice no se le podía ganar. ¿Cómo se le ganaba a alguien que se fortalecía devorando a otros? ¿Que prácticamente podría recibir cualquier herida y curarse al instante? ¿Cómo se ganaba a alguien que podría devorar al mundo sin ni siquiera esforzarse?

Alice Campbell daba miedo… Incluso a Aurora, en lo más profundo de su mente sentía miedo, miedo de que su hermana causara problemas como lo que causó ahora misma.

Aurora observó la oscuridad y su barrera agrietarse y sacó una bolsa de papitas mientras su cuerpo temblaba ligeramente ante lo que ocurriría una vez que la barrera se rompiera.

“¿Qué tal si te detienes y te doy esto?” Preguntó Aurora con una risa tonta mientras las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos.

Ella estaba agotada de todo… Simplemente exhausta de ver tantas personas que ella quiso proteger, morir y quería que todo terminara.

Ya sea si fuera real o no y por tal razón ella cerró los ojos tratando de contener las lágrimas y a pesar de que su cuerpo temblaba con miedo instintivo, deshizo su barrera que la protegía.

Aurora apretó sus dientes esperando que miles de lanza atravesaran su cuerpo y luego su carne siendo devorada, pero los segundos se convirtieron en minutos y nada sucedió.

Entonces sintió un suave tacto en su mano y luego el grujir de las bolsas de papitas y Aurora abrió sus ojos notando un tentáculo tomando la bolsa de papitas y ‘chequeando’ el interior para que todo estuviera bien.

“…”

Aurora sonrió y las lágrimas surgieron con mayor fuerza debido a que la oscuridad que la rodeaba era diferente. Esta oscuridad no la tragaba, queriendo devorarla, sino que la sostenía y entonces la oscuridad se alejó.

Al alejarse ella pudo ver el interior donde estaba, un espacio de oscuridad inmensurable y ella flotaba allí ‘viendo’ el interior. Por más extraño que fuera, tal era la oscuridad de Alice.

Un dominio de lo cual su hermana tenia control y en el cual podía ocultarse y ahora ella estaba aquí.

Aurora vio la bolsa de papitas y luego sintió que ambas flotaban en la oscuridad hasta que de un momento a otro una puerta se reveló y ella fue empujada al interior con la bolsa de sus manos.

La luz apareció, cegándola por segundos y Aurora parpadeó adaptándose a sus alrededores y a la sala que la rodeaba.

Aurora notó los libros en los estantes, vio el sofá en el medio de la sala y el escritorio en la esquina junto a la ventana abierta, entonces se giró lentamente al ver que alguien lo miraba sorprendida.

“Como estas…”

Aurora al ver a la persona cuya expresión llevaba sorpresa, corrió y la abrazó con todas sus fuerzas mientras las lágrimas empezaban a salir.

Su hermana nunca fue buena para el consuelo, pero con los años aprendió a ser la hermana mayor que toda hermana menor le gustaría tener y esta vez no fue diferente y la abrazó suavemente, acariciando su espalda y dándole palmaditas de manera tonta.

Aurora había sido abrazada de este modo innumerables de veces cuando sus pesadillas surgían por la noche y su hermana, siempre se quedaba con ella para cuidarla.

“Todo estará bien…” Le susurró Alice como tantas veces antes.

Aurora recordó lo que sucedió lo que su hermana hizo y se separó mirando a su hermana entre las lágrimas.

“No… No. Akira, Nicole, Érica, Clémentine, Andrés, Kairos…” Aurora repitió innumerables de nombres que ella recordaba que ya no estaban y al final al ver a su hermana, murmuró. “Tú lo asesinaste.”

Alice parpadeó sin entender luego frunció el ceño y al final inclinó sutilmente su cabeza.

“¿Por qué los asesinaría?” Respondió Alice y al verla frunció el ceño y su expresión se volvió seria. “Todos ellos están vivos.”

Aurora al escuchar tales palabras sintió alivio y las lágrimas volvieron a surgir, pero ella se controló mientras trataba de volver a tomar el control de sus emociones.

La mirada de Alice, se sentía seria y su expresión revelaba que ella no asesinaría a sus amigos.

Aun así…

“Tú ya me mentiste una vez…” Dijo Aurora y mirando a su hermana, cuestionó. “¿Has revelado la verdad de mi muerte?”

Tal pregunta obtuvo una respuesta que Aurora no esperaba… Sorpresa.

Alice abrió los ojos como si la hubieran atrapado haciendo algo mal, una reacción que había hecho muchas veces. Después de todo, su hermana podía ser una buena niña, excepto los momentos que se trataba de la comida.

Y hubo muchas veces que su hermana tomaba lo que no era suyo.

“Estoy haciendo lo que creo que es correcto.”

Sin embargo, a diferencia de esas veces que eran juegos infantiles, esta vez su hermana la miró a los ojos y su expresión fue solemne y determinada.

No contarle la verdad a las personas que debían saber la verdad era algo que su hermana profundamente creía como algo correcto.

Al ver tal determinación y decisión, Aurora de repente sintió que todo su alrededor se volvía borroso.

Sus recuerdos, lentamente se fueron mezclando y distorsionando, los años que pasado enfrentándose a la oscuridad luego de volver a Terra nova, se volvieron borrosos.

Sin embargo, a pesar de que los recuerdos se volvían borrosos, ella siguió sintiendo el dolor de la perdida… Justo como una pesadilla.

“…”

Ante tal idea, Aurora abrió sus ojos de repente y se levantó, ignorando las lágrimas que caían por sus ojos, su primera reacción fue analizar sus alrededores.

Ella ignoró la cama en la que se encontraba y se centró en la única persona que estaba a su lado, sentado en una silla leyendo un libro como si nada.

Su hermano, uno de los magos más notorios no solamente de la Tierra, sino que de Terra nova. Un individuo que era conocido por enfrentarse a dioses y asesinarlos.

Un individuo que también era conocido por su magia de ilusión, en este punto ese individuo que decía ser solo un clon del real, bajó el libro y la observó en calma.

El rostro del hombre era inexpresivo y lleno de calma, como si toda la ‘pesadilla’ que ella había sufrido no hubiera sucedido.

Como si él no la puso en una ilusión que se sintió como si fueran años de vida.

Aurora observó los ojos negros del hombre y abrió su boca.

“¿Desde cuándo?” Tal fue su mayor pregunta.

Ella creyó que con su entrenamiento y experiencia podría enfrentar al hombre. Confió en que sus auras la protegerían de la ilusión y creyó que podría ganarle.

Tal confianza fue lo que hizo que probablemente ella cayera en la ilusión… No, en este punto no sabía si fue su confianza, su debilidad o la fuerza de su oponente.

De igual forma, ella supo que había perdido, pero no entendía desde cuando perdió… Desde cuando ella fue atrapada en una ilusión.

“Desde el inicio.” Respondió su hermano con calma.

Ni siquiera había luchado… Tal realización llegó a la mente de Aurora.


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TG - Capítulo 714
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Capítulo 714: Hermanita.

Capítulo 714: Hermanita.

El Regente… Tal era la forma en la que muchos se referían a él.

Un simple vestigio de aquel que sembró el terror en Terra Nova y la Tierra, un clon que había permanecido para lidiar con las consecuencias de sus actos.

Karzhal, el Original, era un hombre consciente del poder que poseía. Si bien sus acciones fueron impulsadas por una extraña obsesión llamada amor hacia una Primordial, él era el único responsable.

Por eso dejó atrás a este clon antes de que su amada lo llevara a una de sus tantas aventuras. El clon tenía la tarea de gobernar el Imperio de la Noche Eterna, un vasto dominio de no-muertos, vampiros e innumerables criaturas invocadas por el Original.

Él había obtenido el título de Regente, debido a que nadie se atrevía a llamarlo por el nombre del real. Incluso a él no le gustaba, ya que no era el real.

Sin embargo…

"Así que cuando dijiste que habías empezado, lo hiciste... Pensé que me menospreciabas, Karl."

Ahora alguien inesperado le hablaba, no como a un clon, sino como a una existencia real, usando un nombre que incluso el real había abandonado... ¿Acaso ella creía que él era el verdadero?

El Regente… Karl, observó a la jovencita que era su hermana.

Aurora Campbell, era una jovencita en sus veintitantos, de piel blanca y sumamente guapa, ligeramente delicada. Tenía el cabello de Agatha, su madre y los ojos de Antón, su padre.

Por supuesto, había heredado también la amabilidad de su padre.

Al Original le hubiera encantado conocerla... Karl, al percatarse de sus pensamientos, suspiró al ver a la joven tendida en la cama, cubriéndose los ojos en un intento por contener las lágrimas. 

"Los recuerdos se desvanecerán lentamente. También las emociones. Todo se sentirá como un sueño fugaz." Él habló, no queriendo seguir ese hilo de pensamiento.

Como el Regente, él únicamente se encargaba de gobernar el Imperio, pero nadie se atrevía a tratarlo como una persona viva o como el verdadero, lo que hacía que su existencia fuera sencilla.

Sin embargo, ahora ella, quien había aparecido atraída por la voluntad de su amada, estaba aquí... Su hermana estaba aquí y él no sabía cómo tratarla.

Como un clon, conservaba todos los recuerdos y como tal las emociones y él a diferencia de los clones que el Original creaba, que eran controlados por el original, él era libre. Por tal razón, resultaba complicado no verse afectado al ver a su hermana.

"Es un hechizo terrorífico." Dijo Aurora y esta vez se levantó, girándose para mirarlo y luego contemplar sus alrededores.

Ella observó la cama y el lugar donde se encontraba, pero él agitó su mano y el entorno cambió al campo de batalla donde habían estado estaban antes.

La joven parpadeó al darse cuenta  de que todo era falso y ella en realidad estaba en el suelo y su expresión se volvió amarga hasta que suspiró, levantándose.

¿Acaso era por el hechizo de ilusión que no supo reconocer? ¿O amargura por haber perdido? 

"Aun así, lo hiciste bien." Dijo Karl y viendo que la joven lo miraba, sonrió y declaró: "Lograste escapar por tu cuenta."

Aurora soltó una risa incrédula, pero al ver su honestidad, frunció el ceño con desconfianza.

"¿Cuánto tiempo me tomó?" Preguntó Aurora. 

“Ocho horas.” Respondió él y al ver la expresión amarga de su hermana, añadió. “Lo cual es un tiempo impresionante. La magia de ilusión que el Original ha diseñado no es algo del cual se pueda escapar fácilmente. Incluso los mismos Dioses se verían engañados."

A pesar de su declaración, la joven no mostró confianza y lo observó durante un rato hasta que negó con la cabeza.

¿Acaso no le creía? Sin embargo, era verdad, la magia de ilusión podía engañar a algunos Dioses, lo cual demostraba la capacidad de tal hechizo.

Por supuesto, esos Dioses no eran los más fuertes. Aun así, que un hechizo de un mortal engañara Dioses mostraba lo aterrador que podía ser.

Y su hermana mostrando una capacidad mental sin igual logró superarlo en ocho horas… Era sin duda impresionante.

“Dirigiste todo de manera excelente. Por un momento, creí que iba a enloquecer…” Murmuró Aurora apretando su puño, se relajó de vuelta.

“Parece que estas mal entendiendo algo.” Interrumpió Karl y viendo la mirada de su hermana, señaló. “Yo no controle lo que sucedió. Al menos este hechizo no funciona de esta manera.”

Controlar las ilusiones era fácil, pero para individuos cuya mentalidad era muy fuerte, controlar las ilusiones significaba que aquellos afectados podían enterarse de lo que sucedía.

Y él no conocía suficiente a la joven como para conocer cuáles eran sus miedos, debilidades y fortalezas para generar una ilusión a voluntad.

Aurora lo observó esperando a que él se explicara y él le apuntó con su dedo.

“No hay peor enemigo que uno mismo… Tú fuiste quien creó tu propia ilusión.” Dijo Karl y en calma, explicó. “Tú te conoces mejor que nadie, lo único que hace el hechizo es usar todo lo que conoces para mantenerte dentro.”

Algunas personas podrían permanecer hasta que sus cuerpos murieran en el interior de una ilusión… Por supuesto, él no iba a dejar que eso sucediera y si bien en este punto la pequeña diablesa evitó que él la despertara mucho más antes, él la hubiera despertado si la situación se volvía excesiva.

Aunque ese momento no fue necesario debido a que Aurora lo superó por su cuenta.

“Por supuesto, el hechizo evita algunas situaciones relacionada a los Dioses… Por tal siempre te mantenía distraída o te daba recuerdos de que hayas rezado. Si un Dios con suficiente autoconciencia hubiera aparecido, el hechizo hubiera acabado.” Añadió Karl con cierta seriedad al explicar.

Y su hermana estaba muy involucrada con los Dioses… Karl que había visto superficialmente la ilusión, lo entendía mejor que nadie, pero por supuesto, no hizo un comentario al respecto.

Aurora al escuchar sus palabras parpadeó un par de veces hasta que suspiró con agotamiento.

“No cambia el hecho de que perdí miserablemente.” Murmuró Aurora y mirándolo, reveló. “Durante estas ocho horas tu podrías haberme asesinado si este era un combate real.”

Karl al ver la mirada de Aurora, guardó silencio.

Iba a mencionar, que ella podría haber despertado si le hacía daño, pero… Su hechizo no era tan simple como para que cualquier estimulo externo despertara a la persona afectada.

“Tienes una fuerza mental impresionante y muchas personas de las cuales confías.” Dijo Karl tratando de animarla.

Esa tigresa llamada Amnestria fue fundamental para que ella no cayera aún más profunda en la ilusión y por supuesto…

“Me alegro que tengas una hermana en la que puedas confiar.” Murmuró Karl con una sonrisa.

¿Si él se hubiera quedado en la tierra hubiera sido un buen hermano? Tal pensamiento traído por las emociones que quedaron del Original lo distrajeron.

La confianza que ella mostró por su hermana fue sin duda algo sin igual y revelaba la cercanía de ambas hermanas.

“¿De verdad confió en ella?” Preguntó Aurora con una voz desanimada.

Karl frunció el ceño al ver su tono y también percibió cierta tristeza en la voz de su hermana.

Él lamentablemente no pudo ver el final, ya que llegó un punto que su hechizo se vio afectado por algo más, posiblemente la diablesa que todavía estaba observando.

Aun así, algo fue claro para él.

“Si. Confiaste en tu hermana hasta el final.” Respondió Karl con absoluta confianza y viendo la expresión de su hermana, añadió. “No sé lo que sucedió con ustedes, pero puedes arreglarlo.”

La expresión de Aurora se volvió seria y ella lo observó, queriendo analizar cada una de sus emociones y reacciones y él no ocultó su suave sonrisa.

“Te enviare a la Tierra. Allí puedes hablar con tu hermana y arreglar lo que sea que haya sucedido. El portal a la tierra está listo.” Dijo Karl y viendo la expresión de su hermana, que parecía querer entender sus intenciones, añadió. “No me gustaría que mis dos hermanas pequeñas peleen.”

Tales emociones eran del Original como de él… Incluso si esta era la primera vez que él la conocía, tal sentido de protección era algo natural.

Por supuesto, él suprimió el deseo de querer volver a la Tierra para encargarse de todos aquellos que traten mal a sus hermanitas, ya que sintió que a Aurora no le gustaría tal reacción.

Aurora lo observó durante unos segundos y luego soltó una pequeña risa que fue creciendo cada vez más hasta convertirse en una carcajada todo mientras ella se relajaba.

“¿Oh, y la gran Primordial lo permitirá?” Preguntó Aurora con una pizca de curiosidad y a la vez diversión en su voz.

¿Se referían al trato que ellas hicieron a pesar que él no quiera? La respuesta era…

“Si.” Respondió Karl con determinación.

A la Emperatriz del Infierno no le gustaba los clones y por ende a sus voluntades tampoco, la razón era que ella con sus sentidos podía ver como estaban creados los clones.

Quizás para mortales él parecía real, pero en realidad era magia de ilusión extremadamente avanzada que le daba forma física y magia espiritual que formaba una conciencia a partir de una pequeña porción del alma del Original.

De tal forma se creaba una conciencia en un cuerpo que para muchos estaba ‘vivo’, pero para los ojos de esa poderosa Diosa.

A pesar de todo ello, la Diablesa dejo una porción de su ‘Voluntad’ para vigilarlo a él y ahora a su hermana.

Aunque esa voluntad mantuvo su disgusto a que él fuera falso, también mantuvo el cariño y la obsesión, incluso si él no era real.

Como tal, ella no podría detenerlo… Quizás hacer una rabieta seria lo máximo, lo cual para él sería sumamente adorable.

Él al darse cuenta de que sus pensamientos se iban a una dirección diferente se controló y volvió a prestar atención a su hermana que también parecía distraída.

“Mi hermana dudó que te considere como ‘hermano’… Sería divertido verte interactuar con ella.” Dijo Aurora se rio suavemente entonces al ver que él no entendía, ella suspiró y luego de pensarlo, murmuró. “Creo que ya es demasiado tarde para volver.”

Karl frunció el ceño de inmediato al escucharla.

“Si es el trato. Me puedo encargar de ella.” Dijo él.

Aurora lo observó como si quisiera saber de dónde provenía su confianza, pero probablemente ella no entendería.

El Original estaba en una relación con la Primordial del Fuego, pero no había que ignorar la obsesión de esta última con él… Incluso un clon.

Por supuesto, también era lo mismo de su lado, la porción del alma del original que le daba vida a él, llevaba un profundo cariño y a él no le interesaba si el objetivo de ese cariño era la real o una parte de la ‘Voluntad’ de la original.

“También si…”

“No es necesario.” Interrumpió Aurora antes de que él pudiera ofrecer su ayuda y mirándolo, añadió con una media sonrisa. “Ahora entiendo porque ella le interesa tanto nuestra familia.”

¿Se estaba refiriendo a que él estaba mostrando demasiada atención con ella? Para Karl no era extraño.

Ya fuera el Original o un Clon como él buscarían ayudar a su hermana de cualquier modo posible y llevarla a la Tierra no era una tarea complicada… Al igual que no era encargarse de cualquier complicación que ella tuviera en la tierra.

Sin embargo, él vio la expresión de su hermana, la mirada profunda y seria que ella llevaba… Aurora había tomado su decisión.

“Soy débil… Eso es lo que vi en tu ilusión.” Dijo Aurora y mirándolo, declaró. “Y necesito ser más fuerte. Mucho más fuerte.”

Él entendió la razón por la cual Jezabel la provocó a ella para incitarlo a que él luchara con todo… El objetivo era mostrarle a ella la ‘diferencia’ de ambos.

Sin embargo, a diferencia de ella que parecía sentir que esa diferencia era enorme, él no veía esa diferencia tan grande.

Ella tenía un potencial enorme para crecer y era especialmente cierto con las auras que ella podía usar.

“Cumpliré mi parte del trato.” Dijo Aurora mirando la nada.

Unos segundos pasaron y a su espalda se formó un portal de fuego cuyas llamas ardían con fuerza.

Aurora al ver el portal y no recibir respuesta, respiró profundamente y en vez de caminar al portal lo observó a él.

“¿Vienes?” Preguntó ella y rascándose la mejilla con cierta incomodidad, volvió a respirar hondo. “Me gustaría aprender de ti. Ese hechizo… Me gustaría saber cómo defenderme.”

Karl, la observó durante unos segundos y notó incomodidad en ella, quizás no le gustaba pedir ayuda a otros.

Y su respuesta fue…

“Si.” Respondió Karl, sin importarle la voluntad del Original.

Después de todo, ya sea el original o un clon como él, ambos harían lo que fuera para ayudar a su hermanita.


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